Un preso de la cárcel de Albocàsser se encuentra en paradero desconocido después de que este lunes por la tarde se escapara durante una visita al Hospital General de Castelló. Se trata de Juan Antonio Jimenez Martinez, de 35 años, un alicantino condenado por tres homicidios en grado de tentativa tras participar en un tiroteo entre clanes, en la Colonia Santa Isabel de San Vicente del Raspeig, en 2013, en el que no hubo víctimas mortales.

Todo sucedió poco antes de las 19.00 horas. El interno había acudido a consulta en el centro hospitalario y, tras ser atendido, fue conducido nuevamente hasta el furgón policial que debía llevarlo de vuelta al centro penitenciario. En ese momento, comenzó a quejarse, a pedir asistencia, simulando tener alguna dolencia.

Uno de los agentes de la Guardia Civil encargados del traslado y custodia acudió para ver qué le ocurría al reo y, en el instante en el que abrió la puerta del vehículo, el preso pegó una fuerte patada y se apeó del mismo.

Juan Antonio Jimenez Martinez, quien iba engrilletado, comenzó a correr a toda velocidad por el párking trasero del hospital y, en cuestión de segundos, sacó una distancia de 20 metros a los agentes.

El delincuente continuó su veloz fuga y se perdió en un descampado cercano. Varias personas fueron testigo de lo ocurrido a las puertas del centro y, a pesar de que los guardias civiles lo buscaron intensamente por los alrededores y dieron la alerta de lo ocurrido, no pudieron localizar al interno, quien seguía al cierre de esta edición en busca y captura.

La Benemérita pasó aviso de su huida también a la Policía Nacional de Castelló, que reforzó en las horas posteriores al suceso las vigilancias y patrullas por la capital de la Plana. Sin embargo, no localizaron al preso, cuyos antecedentes penales se centran en la provincia de Alicante, de donde es natural.

Todo parece indicar que, aunque el interno había tenido algunas complicaciones de salud recientes que lo habían llevado hasta el Hospital General, se encontraba en buena forma física, tal como demostró con su fuga a la carrera. Los agentes creen que había ideado la forma de escaparse, fingiendo un dolor repentino ante los guardias civiles.

Jiménez estaba interno en el módulo 2 de Albocàsser. La misma está considerada un área conflictiva, aunque él no era uno de los reos especialmente problemáticos.

En el 2013, otro preso de la misma prisión se fugó de los calabozos de los juzgados de la Castelló. Tras observar que la ventana de la celda estaba rota, sacó el brazo y abrió el cerrojo. Y dos años antes, otro interno aprovechó la visita a una fábrica textil de Albocàsser para huir por la ventana de los baños.