Cuatro años después de que Javier Redondo fuera acuchillado y golpeado hasta la muerte delante de su hija de solo cuatro años frente al Hospital La Fe de València, y tras la condena a los nueve autores del homicidio - todos ellos todavía en libertad tras recurrir la sentencia- un décimo acusado de participar en el crimen, que era menor de edad cuando ocurrieron los hechos, se sentó ayer finalmente ante un juez de menores para responder por su presunto delito. La causa contra él había sido sobreseída provisionalmente pero los testimonios incriminatorio de algunos de los propios condenados en el juicio, unido a un detallado informe del grupo de Homicidios de la Policía Nacional donde se recopilaban todos los indicios contra él obligaron a reabrir la causa por un delito de homicidio contra el menor.

El Ministerio Fiscal solicita para el joven, que ya tiene 21 años, una pena de cinco años de internamiento en régimen cerrado y tres años más de libertad vigilada. Por su parte, la acusación particular, ejercida por los letrados Juan Carlos Navarro e Isabel Carricondo, solicitan una pena que asciende hasta los ocho años de internamiento. Y la defensa su libre absolución al defender que no participó en modo alguno en el crimen, cuyo móvil fue una deuda de tres kilos de marihuana que el fallecido había contraído con el llamado clan de Benimàmet.

El acusado se acogió a su derecho a no responder a las preguntas de la Fiscalía y las acusaciones particulares y únicamente se limitó a ratificar, tras ser interrogado por su abogada, las declaraciones que ya realizó en su día ante la Fiscalía de Menores, donde reconoció haber estado en el lugar de los hechos en compañía de su padre pero que en ningún momento llegó a bajar del vehículo.

No obstante, durante el juicio celebrado en octubre de 2018 ante un jurado popular, la confesión de dos hermanos -que fueron condenados a dos años de prisión como cómplices- incriminaba directamente al menor como presunto autor del crimen. De igual modo, los posicionamientos de los teléfonos móviles realizados por los investigadores lo ubicaban tanto en el Bulevar Sur de València a la hora en la que se produjo el crimen como poco antes en una primera emboscada a la víctima en un centro comercial de Aldaia.

Además de los condenados confesos, la Audiencia Provincial de València impuso doce años y medio de prisión para otros siete procesados como autores de un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad. Según los hechos probados, el 16 de febrero de 2016, los condenados, «con el claro ánimo de atentar contra su vida», golpearon a Javier Redondo, de 33 años, de con todo tipo de objetos, palos y una barra extensible, en la cabeza y en la espalda. La víctima trató de escapar corriendo pero le dieron alcance. Uno de ellos -la sentencia no aclara quién de todos- sacó un cuchillo y le asestó cuatro puñaladas.

Todos los condenados siguen en libertad

La Audiencia Provincial de València condenó en noviembre de 2018 a penas de doce años y medio de cárcel a siete de los procesados como autores de un delito de homicidio con el agravante de abuso de superioridad y a sendas penas de dos años de cárcel como cómplices a otros dos acusados al aplicarles la atenuante de confesión muy cualificada, según el veredicto del jurado popular. Pese a las elevadas penas y la reiterada oposición de la Fiscalía, que advierte del riesgo de fuga, todos ellos se encuentran todavía en el libertad a la espera de sentencia firme después de haber recurrido el fallo.