El Juzgado de Menores número tres de València ha condenado a 18 meses de internamiento a un adolescente de catorce años que intentó matar a su gemelo en Burjassot el pasado mes de septiembre tras provocarle un corte en el cuello con un cuchillo de cocina. El menor, que presenta alteraciones de la conducta con episodios de irritabilidad y agresividad, reconoció los hechos y se ha mostrado en todo momento muy arrepentido por lo ocurrido. «Cuando me pongo nervioso no sé lo que hago», confesó a los policías en su día.

El Ministerio Fiscal solicitaba inicialmente una medida de internamiento terapéutico en régimen cerrado durante un plazo de dos años, más otros dos de libertad vigilada, por un delito de homicidio en grado de tentativa. Tras el acuerdo alcanzado por las partes el citado menor deberá permanecer en régimen cerrado hasta el próximo mes de junio y el resto de la medida de 18 meses la cumplirá en régimen semiabierto, con la posibilidad de pasado un año estar bajo libertad vigilada.

Los hechos ocurrieron el pasado 23 de septiembre de 2019 en torno a las 19.10 horas cuando el menor mantuvo una discusión con su hermano gemelo, en el domicilio de su abuela, en la localidad de Burjassot. Al parecer, el adolescente tenía problemas de acoso escolar y se encontraba ese día especialmente nervioso «por la rabia acumulada en la escuela».

Además, pese a que tenía episodios de pérdida de control de la ira, que estaban siendo controlados bajo tratamiento, el psiquiatra que lo atendía le había retirado la medicación unos meses antes de intentar degollar a su hermano.

Según los hechos que han quedado probados, durante el transcurso de la discusión con su hermano el ahora condenado cogió un cuchillo de cocina, de medianas dimensiones, y le provocó una herida incisa en el cuello, que de no ser por la rápida intervención de la tía de los menores y de dos vecinos, podía haber provocado la muerte de su gemelo.

El propio agresor alertó inmediatamente de lo ocurrido e insistió a los agentes de la policía que llegaron al domicilio que había sido «sin querer». «Estábamos jugando, hemos empezado a discutir y se me ha ido de las manos. No sé lo que hago, me he puesto muy nervioso y se lo he clavado», explicó tras su detención, de la que informó en exclusiva Levante-EMV.