Un auténtico «infierno» bajo el yugo de su compañero sentimental, quien controlaba sus salidas, su teléfono móvil y sus amistades. Así describen amigos de la joven asesinada presuntamente por su novio de un disparo en la cabeza en Villanueva de Castelló la situación que vivía Mónica Espinola junto al ahora detenido, en prisión provisional desde el pasado sábado acusado de este crimen machista, el primero del año en la provincia de Valencia y que eleva a quince las víctimas mortales en España de este terrorismo de violencia de género.

«Duermo con un psicópata, pero si le denuncio me mata», confesó la víctima a un amigo sobre los motivos por los que nunca lo denunció. Fuentes del entorno de la fallecida, de 37 años y natural de Canals, aseguran que su novio, con el que llevaba dos años de relación, la había apartado de ellos y de sus familiares.

«Tenía que hablar a escondidas y cuando se marchaba y venía llorando a casa, la acosaba hasta que volvía con él», explica una amiga, que prefiere mantener su anonimato. Hasta una decena de veces tuvo que cambiar de número de teléfono Mónica para intentar alejarse de su presunto maltratador, aunque finalmente siempre acababa regresando a su lado, como cuando hace un año se alquiló un piso en Canals para irse a vivir sola.

La asesinada en Villanueva de Castelló tenía "dependencia emocional"

Sus amigos señalan que Mónica tenía una fuerte «dependencia emocional» de Salva, aunque por fin había decidido dar el paso de poner fin a la relación, según le había confesado a varios de ellos.

Mónica deja dos hijos de una anterior relación, cuya custodia había perdido por circunstancias de la vida. Había trabajado en la hostelería, en fábricas y en el campo. «Cuando estaba sola era una persona alegre y divertida, pero delante de él tenía que comportarse de forma diferente», recuerdan, a la vez que insisten que «él la tenía subyugada, no podía salir ni a tomar café con las amigas, tenía que ser sumisa y estar en casa».

Ayer por la tarde tanto el Ayuntamiento de Villanueva de Castelló, donde vivía actualmente la víctima, como el de Canals, localidad natal de la fallecida, organizaron sendas concentraciones frente a sus respectivos edificios consistoriales para condenar este crimen machista ocurrido en la madrugada del pasado viernes. El juzgado de guardia de Alzira acordó el ingreso en prisión de su presunto homicida -la calificación podría variar- y se inhibió en favor del juzgado de Instrucción número tres de Alzira, competente en violencia contra la mujer.