Un juzgado de València investiga el hallazgo en València de varios huesos humanos encontrados esta semana pasada durante la apertura de una zanja en un edificio en construcción próximo a la avenida de los Hermanos Machado. Se trata de los restos de un esqueleto humano, probablemente un hombre, enterrado a una profundidad de unos tres metros, por lo que todo apunta a una muerte violenta, aunque seguramente ocurrida hace mucho tiempo.
Los huesos fueron descubiertos por casualidad por los trabajadores de una empresa que estaba realizando una zanja en un edificio que está siendo construido en la zona indicada, en el distrito de Trànsits. Los primeros huesos, posiblemente de una mano o de un pie, fueron encontrados sobre las doce del mediodía del martes de la semana pasada, 14 de abril,pero inicialmente los trabajadores pensaron que se trataba de restos óseos de origen animal y continuaron sus trabajos sin prestar más atención.
De hecho, esa parte de la obra quedó parada por cuestiones técnicas ajenas al hallazgo, de manera que la excavación no se retomó hasta el día siguiente, miércoles, por la mañana. El segundo hallazgo se produjo ese día, el 15, poco después de las 10.30 horas, según recuerdan los trabajadores. Uno de ellos, al mover la tierra y extraerla, se topó con un hueso de gran tamaño y longitud, posiblemente un fémur.
El responsable de la obra ordenó paralizar de inmediato los trabajos y llamó al 112, que envió al lugar una patrulla de la Policía Nacional. Fueron estos agentes quienes corroboraron que se trataba de huesos humanos y solicitaron la presencia del equipo de inspecciones oculares de la policía científica. Durante la revisión de la zanja, fueron encontrados el cráneo y un hueso del brazo derecho, posiblemente el cúbito.
Los huesos fueron recogidos y trasladados, durante la diligencia de levantamiento ordenada por el juez de Instrucción número 4 de València, en funciones de guardia, al Instituto de Medicina Legal. (IML). Los antropólogos forenses del IML de València serán los encargados de datar los restos que, en apariencia, tienen una data superior a los 20 años que permitirían su investigación penal (por debajo de 20 años, el supuesto homicidio, si lo fue, habría prescrito).
El juzgado está ahora a la espera del informe preliminar de los forenses, para decidir si abre diligencias penales o no en función de la antigüedad que determinen los especialistas.
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