La Guardia Civil de Alicante ha detenido a los seis presuntos cabecillas de la red de estafadores afincada en València acusada de defraudar más de 2.200.000 euros a cerca de medio centenar de empresas de España, Europa y Estados Unidos. Los investigadores de la Policía Judicial y del Área de Investigación de la Guardia Civil de La Vila Joiosa han podido recuperar 800.000 euros del dinero que dicha organización había desviado a 150 cuentas bancarias a través de “mulas económicas”. Muchas de ellas, como ya adelantó Levante-EMV, fueron captadas durante el estado de alarma, aprovechando la delicada situación económica de estas personas.

Dichas detenciones, que se enmarcan en la “Operación Homes”, se llevaron a cabo el pasado 6 de mayo cuando la Guaradia Civil desplegó un amplio operativo en València y Mislata, procediendo al arresto de los seis presuntos cabecillas de la organización, todos españoles, de entre 34 y 52 años. El Juzgado de Instrucción número dos de La Vila Joiosa ordenó el ingreso en prisión provisonal de todos ellos acusados de los delitos de estafa, pertenencia a organización criminal, descubrimiento y revelación de secretos, blanqueo de capitales y falsedad documental, como adelantó este periódico. En una ramificación de dicha investigación la Policía Nacional arrestó a otras once personas, todos ellos presuntas “mulas económicas” utilizadas por la organización.

En los diferentes registros domiciliarios realizados por la Guardia Civil, los agentes se incautaron de cerca de 27.000 euros en efectivo, numerosos teléfonos móviles de última generación, agendas con anotaciones de las transacciones económicas delictivas y un vehículo.

“Man in the middle”

Fruto de estas detenciones la Guardia Civil de Alicante ha desarticulado una de las organizaciones criminales más activas en España, si no la principal, especializada en cometer delitos de estafa mediante el método conocido como “man in the middle”. Este tipo de estafa consiste en atacar las cuentas de correo electrónico de las empresas para obtener datos de facturas pendientes, cuentas bancarias y clientes potenciales. Una vez dentro del sistema informático, seleccionan a uno de estos clientes y, tras hacerse pasar por la empresa real, les solicitan que el dinero sea ingresado en una cuenta diferente a la acordada, propiedad de la organización criminal.

Una vez realizado el ingreso en estas cuentas fraudulentas, los estafadores fraccionan el dinero y lo reparten, por medio de pequeñas transferencias, a cuentas de “mulas económicas” quienes, posteriormente, lo extraen, tras recibir una comisión que oscila entre el cinco y el diez por ciento y de la cantidad recibida.

Agentes de la Policía Judicial y del Área de Investigación de la Guardia Civil de La Vila Joiosa han conseguido desmantelar esta organización criminal que opera por medio de este tipo de modus operandi en España, tras recibir la denuncia, por parte de dos ciudadanos de los Países Bajos, sobre una estafa en la compra de una vivienda en esa misma localidad, el pasado mes de noviembre de 2019.

Durante los meses que ha durado la investigación, se ha conseguido localizar a más de 40 empresas estafadas, por todo el territorio nacional, en diversos países europeos (Francia, Rumanía y Portugal) y en Estados Unidos, de ámbitos tan dispares como laboratorios, cooperativas, colegios privados, hoteles, energéticas, transportes o, incluso, de nóminas de particulares y se han monitorizado y bloqueado 150 cuentas bancarias, de diferentes entidades financieras.

Jerarquía piramidal

Esta organización criminal contaba con una estructura de jerarquía piramidal, que hacía un fuerte uso de la disciplina y control interno y cuyos miembros se dividían en jefes, controladores de mulas económicas, trama de falsificación de documentos y trama de logística y enlace con la cúpula asentada en el extranjero. La función de los controladores de mulas era la de encontrar personas dispuestas a trabajar como mulas económicas para que éstas abrieran una cuenta en la que recibir el dinero, a cambio de un porcentaje (entre un 5% y un 10%) y de acompañarlas a los cajeros automáticos, para asegurarse de que les entregaban el dinero en efectivo. Si éstas no eran capaces de sacar el dinero en efectivo en su totalidad o de transferirlo a las otras cuentas de la organización, la mula no cobraba su porcentaje, según indican fuentes del Instituto Armado.

Las mulas eran captadas de entre personas con necesidades económicas, muchas de ellas agravadas con la situación actual del estado de alarma, que facilitaban sus datos personales a los controladores para la apertura y gestión de cuentas. De esta forma, la persona expuesta, la que corría el riesgo de cara a las autoridades, era siempre la mula, nunca el controlador.

El jefe de la organización era informado de la cantidad económica procedente de la estafa y era él quien seleccionaba a una mula principal para que recibiera el dinero. A su vez, avisaba al controlador para que, en cuanto recibiera el dinero, lo distribuyera entre otras mulas.

Una vez que cada controlador tenía su parte del dinero en efectivo, aparecía la rama de apoyo y logística, quien recaudaba todo este efectivo, lo concentraba y se lo llevaba rápidamente al jefe, quien detraía las comisiones pertinentes y lo enviaba a la cúpula.

En el caso de que el dinero fuera retenido por las entidades bancarias por sospechas de blanqueo de capitales, aparecía la rama de falsificación de documentos, quienes extendían falsos contratos mercantiles a nombre de las mulas para tratar de desbloquear el capital retenido.

Si hubiera cualquier clase de problema con las mulas o los controladores (por ejemplo, que las cuentas no cuadraran, o si se quedaban con el dinero) los delincuentes lanzaban al aparato de disciplina de la organización, que acudía al lugar donde estuvieran estas personas o sus familias, para amenazarlas.

Además de los seis detenidos, todos ellos en prisión provisional, los investigadores han logrado identificar a más de 60 mulas y se ha logrado recuperar más de 800.000 euros, bloqueados en las cuentas bancarias fraudulentas, aunque esta cantidad puede aumentar conforme se vaya avanzando en la investigación, que continúa abierta y en la que no se descartan nuevas detenciones.