El detenido conocía a la perfección el sistema así que sabía cómo no alertar a sus mandos. Por ello, no buscaba ni grandes cantidades de dinero ni desplazamientos demasiado estridentes. El método empleado, según la investigación desarrollada hasta ahora, era inventar comisiones de servicio normales y habituales, como las salidas fuera de la demarcación para participar en cursos, jornadas o conducciones de presos para que nadie reparase en ellas. Más veces, pero con menos dinero. Las fuentes consultadas no han concretado cuántas comisiones de servicios falsificó presuntamente, pero aseguraron que «es un número muy elevado. Son muchísimas». Solo la perspicacia del agente que lo descubrió ha dado al traste con el procedimiento que supuestamente le ha permitido 'sisar' hasta 166.000 euros entre 2014 y 2020. Una vez obtenida la firma, ya solo tenía que esperar a recibir el dinero en la cuenta corriento que repitió en todas y cada una de las presuntas falsificaciones a lo largo de 6 años.