Soy Marisol Burón Flores, madre de Marta Calvo Burón. Todos habéis sido conocedores de lo sucedido a mi querida hija Marta, habéis mostrado mucho interés, y quería en principio con este escrito agradeceros a todos y cada uno de vosotros vuestro tiempo, interés, incluso muestras de cariño y apoyo. Me habéis preguntado infinidad de veces cómo estoy, y mi respuesta siempre ha sido la misma: no voy a hablar. ¿Cómo creen que estoy? Mal.

Hoy quiero expresaros que mis sentimientos no han cambiado. Soy una madre abatida por el dolor y la desesperación, pues a día de hoy Marta, mi joven y preciosa hija, sigue desaparecida; triste pero real. A pesar de ello he conseguido un mínimo de fuerzas para escribir estas palabras tal y como me habéis pedido muchísimas veces, aquí las tienen: dolor, rabia, enfado, tristeza, impotencia, desesperación, dolor, dolor, y más dolor... Así me siento, y con la frustración de no poder hacer más de lo que hago, aunque mis fuerzas, no quepa duda a nadie, me las estoy reservando para seguir luchando y con más fuerza cada día por que se haga justicia a mi hija.

Carta abierta de la madre de Marta Calvo

Carta abierta de la madre de Marta Calvo

Marta desaparece un 7 de noviembre de 2019. Salió con total confianza a pasar unos días con una persona que había conocido, sin miedo, con libertad, conociendo a mi hija, esperando pasar buenos momentos, y continuar con su vida€ Pero NO. No fue así, ese individuo se tomó la libertad de decidir que Marta ya había vivido bastante. ¿¿¿Y ahora??? Su derecho a no declarar es el que nos lleva a que a día de hoy Marta no esté con nosotros.

Pues no será porque la labor de la policía no esté siendo impecable, quiero agradecer y debo agradecer a cada uno de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que están interviniendo en la incansable e imparable búsqueda de Marta, Guardia Civil, Policía Nacional, UCO, UME, en fin, espero que no se me olvide mencionar a nadie, pues a todos y cada uno de ellos infinitamente gracias por su intachable labor, por su generosidad, su entrega y su lucha por devolverme a Marta. También a vosotros, la prensa, GRACIAS. Vuestra labor también quiero reconocerla, y el respeto que habéis mostrado cuando se os ha pedido.

Pero no todo son agradecimientos, detrás de esto hay una niña con una vida truncada, una madre destrozada, una familia hundida por el dolor, un hermano que nunca más podrá disfrutar de su hermana, y unas leyes que poco ayudan. Y ya no es que ayuden poco, es que nos tienen totalmente desprotegidos, vendidos, pues a los asesinos, violadores, maltratadores, etc. les sale barato en este país matar, violar, vejar, maltratar€

Y señores políticos y jueces, ¿¿¿ustedes sabían, que este individuo estaba en España con su permiso de residencia caducado?? ¿¿¿Quién regula esto??? ¿¿¿Sabían que estaba condenado por tráfico de drogas??? ¿¿¿Conocían que se le puso en libertad con fianza hasta la celebración de su próximo juicio??? Párense a pensar, si este señor no hubiese disfrutado de esa libertad bajo fianza, o hubiese sido deportado a su país por no estar sus papeles en regla cuando le caducaron, hoy Marta estaría conmigo, con mi familia, con sus amigos, con la gente que la amaba, y ese señor no hubiese causado este irreparable dolor sumado al de otras dos víctimas mortales, y otras ocho afectadas que también han querido denunciar lo que sufrieron en manos de este depravado individuo (todos estos casos, gracias a Marta han sido descubiertos. Gracias, hija por tu ayuda desde donde estés; pena que hayas tenido que pagar con tu vida).

Por suerte, mi hija tenía una bonita e inteligente costumbre que era enviarme la ubicación de donde se encontraba cuando salía de casa, pues ya saben que tenía 25 años cuando desapareció. Ahora hubiese cumplido los 26 y no ha podido ser así... Ella vivía independiente, pero yo, como madre preocupada por mis dos hijos, y ellos, sabiendo como soy, madre que por todo padece, como cualquier madre preocupada siempre por el bienestar y protección de mis hijos, mi hija acordó conmigo para mi tranquilidad que siempre que no estuviese en sus lugares habituales me pondría en conocimiento con la ubicación donde se encontrase en cada momento. Bendita ubicación que nos llevó hasta donde estuvo en sus últimas horas de vida€La casa de este individuo en la población de Manuel, ubicación a la que acudí sin dudar en cuanto mi hija, tras varias horas, no me contestaba, algo no habitual entre nosotras.

Señores, lo tuve de frente, me enfrenté a él y me negó haber estado con ella, me negó incluso conocerla, para entregarse semanas después en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent, confesando que Marta estaba fallecida y que él se había deshecho del cadáver de mi hija de una forma brutal que no soy capaz ni de pronunciar ni escribir€

A pesar de ello, arrestado y encarcelado, se acoge a su derecho a no declarar, y Marta sigue sin aparecer. ¿¿¿Es necesario todo este sufrimiento?? ¿¿¿De verdad en este país vamos a seguir perdonando a esta clase de individuos con condenas irrisorias??? ¿¿¿Cuándo van a cambiar las leyes??? Por ejemplo, la del derecho a no declarar. ¿¿¿Disculpen??? ¿¿¿Derecho a no declarar un delincuente asesino??? ¿¿¿Sin cuerpo no hay delito??? Sin cuerpo sí hay delito; claro que lo hay. Y nuestras leyes deberían de condenar estos actos dolosos que acompañan al asesinato, con condenas más fuertes si cabe que las condenas por el propio asesinato.

Por favor, a los políticos principalmente, me da igual las siglas que representen: empaticen conmigo un poquito y con los padres que han pasado por mi misma situación, y piensen que no estuviésemos hablando de mi hija, piensen por un momento, Dios no quiera, que fuese la hija de alguno de ustedes, piensen como se sentirían. Seguramente verían las cosas desde el dolor, y verían cómo se les generaba la necesidad de preocuparse más por estas leyes obsoletas y que no hacen justicia, y dejarían de preocuparse de otras cosas que pueden esperar, pues al lado de esta, son miserables tonterías sin importancia.

Señores, estamos hablando de la vida de una persona, y en este caso esta persona es mi hija Marta. Prisión máxima con o sin cuerpo, obligación de declarar y declarar la verdad o más pena, y menos condescendencia con estos individuos que al final, piénsenlo bien, están más protegidos ellos en la cárcel que nosotros y nuestros hijos en la calle. ¡Basta ya, por favor! Hagan hagamos algo.

España y los españoles somos un país que merecemos más y mejor. Quizás ustedes no sientan la misma necesidad que yo, por varios motivos; uno, que no han sufrido la muerte de un hijo a manos de un asesino y segundo, porque quizás por sus cargos vivan rodeados de una protección, ustedes y sus familias, con la que el resto de ciudadanos españoles no contamos.

Estamos totalmente desprotegidos, vivimos con miedo sumado al dolor, rabia e impotencia, mientras estos delincuentes están en las cárceles, con comida, bebida, gimnasios, todo tipo de comodidades, protegidos, cuidados, cotizando y con derecho a paro, pudiendo estudiar gratuitamente, mientras el resto de los españoles hacemos un esfuerzo por trabajar, labrarnos un futuro, poder pagar a duras penas en muchos casos los estudios de nuestros hijos, y como estas podría enumerar muchas más€

Y como quizás estén pensando que no soy consciente de que a pesar de todas estas ventajas de las que disfrutan sin ganárselas, estos delincuentes están privados de libertad, decirles y adelantarles que sí, que soy consciente, pero que se lo han buscado y mientras ellos solo viven coartados de su libertad, mi hija Marta Calvo Burón NO VIVE.

Que mientras a estos asesinos sus familias pueden ir a visitarles, yo ya nunca más podré decir voy a ver a mi hija Marta. Señores dolor, mucho dolor, leyes insisto obsoletas, poco duras, y que dejan al delincuente asesino o violador seguir haciendo lo que en gana le viene, pues a fin de cuentas les sale barato.

¿¿¿Reinserción??? Yo sí creo en la reinserción de un drogadicto, un ladrón, en la reinserción de delitos menores, pero, ¿un asesino o un violador? ¿¿¿De verdad creen en la reinserción??? ¿No hemos visto y sufrido ya suficientes noticias, casi a diario, de asesinos y violadores reincidentes? ¿Cuántas mujeres más tienen que ser violadas o asesinadas en manos de este tipo de personas, inhumanas, sin sentimientos, por no decir lo que realmente pienso de ellos? ¿¿¿Podría ser Marta la última???

A mi hija ya nadie me la va a devolver con vida. Lucho por tenerla conmigo, darle su descanso en paz y hacerle justicia como ella merece, pero voy a luchar por que las leyes cambien y en manos de ustedes, señores políticos, hay mucha fuerza para que esto se consiga. Pienso y creo, al igual que la mayoría de españoles, que nos lo merecemos, que se puede conseguir cambiar estas leyes, endurecerlas, y sin miedo porque al bueno no le van a afectar, y para el malo, aquel que viola y mata, siempre será poca la condena€ Solo tienen que querer hacerlo, dejar de preocuparse tanto de estas cosas y empezar a ocuparse de ellas, pues la preocupación no las soluciona.

Creo que ante leyes más duras y condenas más duras, estos depravados asesinos, violadores, delincuentes se lo pensarían un poquito más, quizás hasta el punto de no hacerlo... Salvemos vidas que todavía estemos a tiempo de salvar y evitemos que otras familias y madres como yo tengan que sufrir este terrible dolor.

Quiero aprovechar para agradecer el tiempo que han dedicado a leer mis palabras, y agradecer a todas esas personas, que son miles, que cada día me muestran su cariño, su apoyo, y que intentan hacerme menos duro el camino. El dolor es tremendo, insufrible; pero sí, conseguís hacerme sentir un poquito mejor, sentirme apoyada, y siento vuestro calor, desde todos los puntos de España desde los que me escriben diariamente. Sé por vuestras muestras de apoyo, que si os necesito estaréis, y que si algún día tenemos que juntar nuestra fuerzas lo haremos para luchar por Marta y hacerle justicia todos juntos. Hoy por hoy solo podemos rezarle, y dejar a la policía que siga con su impecable labor, sin contaminar ni perjudicar su esfuerzo en la búsqueda de Marta, pero sé que cuento con todos y cada uno de vosotros. ¡GRACIAS!