Una operación conjunta de la Guardia Civil y de la Policía Local de Riba-roja ha permitido desmantelar una red de distribución de drogas que vendía a menores de ese municipio, alguno de los cuales terminó hospitalizado en estado grave por consumo de la sustancia conocida como 'pescao', nombre coloquial de la marihuana sintética. Este estupefaciente, fabricado en China y distribuido a través de internet, ni siquiera lleva marihuana en su composición y está causando estragos entre grupos de menores por sus características psicotrópicas, que nada tienen que ver con la 'maría' natural, y su bajo precio, que la hace muy asequible entre ese sector de consumidores.

Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, tanto los responsables del instituto de Riba-roja entre cuyo alumnado supuestamente distribuía el ahora detenido como los padres de algunos menores han llegado a elevar quejas al ayuntamiento, a través de su Policía Local, por la alarma generada por ese consumo.

De hecho, fueron las charlas informativas que tanto la Policía Local como la Guardia Civil imparten en los centros escolares para advertir, entre otros peligros, del que supone el consumo de estupefacientes en la adolescencia, sobre todo de marihuana sintética, las que permitieron iniciar las pesquisas, en las que han participado tanto agentes de la Policía Local como del área de investigación de la Guardia Civil de Riba-roja.

En una de esas charlas, en enero pasado, los agentes fueron advertidos por el profesorado y por parte de algunos alumnos de que en las inmediaciones del instituto se estaba produciendo la venta y consumo de 'pescao'. Hasta ese momento no se había detectado la presencia de este estupefaciente en Riba-roja. También supieron por boca de las mismas fuentes que algunos de los chicos habían requerido hospitalización tras episodios psicóticos provocados por el consumo de marihuana sintética.

Frenados por el estado de alarma

Los agentes iniciaron las vigilancias, que se vieron frenadas con la suspensión de las clases, en marzo pasado, justo antes de que se decretara el estado de alarma para intentar frenar la expansión de la pandemia de covid-19. Precisamente el confinamiento tanto de los consumidores de droga como de quienes la distribuían supusieron una ralentización de la investigación, que se reactivó conforme ha ido avanzando la desescalada.

Así, el pasado 22 de junio, una vez reunidos los indicios contra el presunto cabecilla, el equipo conjunto de Guardia Civil y Policía Local detuvo al supuesto líder y a ocho jóvenes a los que utilizaba como distribuidores, llevando la droga a los puntos donde se la facilitaban a los consumidores. Además de a menores, también vendían a mayores de edad.

Tras las detenciones, fueron practicados varios registros en los que los agentes intervinieron tres kilos de marihuana lista para su distribución al por menor, así como oxicodona (un potente opiáceo utilizado como analgésico con actividad similar a la morfina y a la heroína), cloretilo (anestésico local en frío y en forma de spray cuyo verdadero uso es el tratamiento de lesiones deportivas o sobrecargas musculares), ketamina (potente anestésico de efecto rápido de uso veterinario, principalmente), éxtasis y hachís.

Además, se les ocuparon casi 7.000 euros en metálico y billetes pequeños, balanzas de precisión, armas blancas y dos pistolas de aire comprimido.