De los ocho detenidos como distribuidores a las órdenes del supuesto cabecilla, el mayor tiene 21 años. Además, todos ellos son consumidores habituales de estupefacientes, hasta el punto de que varios estaban en programas de deshabituacion que, al parecer, abandonaron porque su líder, también de 21 años, les facilitaba droga a precios muy baratos en pago por sus servicios.