Agentes de la Guardia Civil han detenido a los cuatro presuntos integrantes de un grupo organizado que robaba camiones enteros de mercancía haciéndose pasar por una empresa de transporte, por lo que la víctima les cargaba los productos en la confianza de que iban a llegar a su destino. Sin embargo, por el camino cambiaban el remolque y la mercancía era desviada a otros lugares donde ya tenían pactada la venta de antemano.

El robo de mercancía de camiones de gran tonelaje en tránsito es algo habitual en las vías rápidas españolas y del resto de Europa desde hace años, pero la novedad, en este caso, es que era una sustracción limpia, ya que la víctima era quien cargaba los productos, engañada al pensar que se la entregaba a un transportista.

La investigación fue iniciada por el equipo de Policía Judicial de Puçol después de detectar el paso de dos camiones, en un corto espacio de tiempo, con irregularidades en la documentación. Uno de ellos transportaba hacia Europa productos de una empresa de Cox y el otro, había cargado en otra mercantil de Segorbe.

Los agentes terminaron averiguando que detrás de la trama se ocultaba una organización integrada por ciudadanos búlgaros cuyos jefes residían en Gandia, por lo que se unió a la investigación el equipo de Policía Judicial de la capital de la Safor.

Para llevar a cabo la estafa y apropiarse de la mercancía, la red había ideado un procedimiento novedoso. Disponían de dos cabezas tractoras de tráiler y de dos remolques refrigerados. Lo siguiente era ingeniería del engaño: suplantaban empresas búlgaras legales modificando su correo electrónico y los teléfonos para ofrecer sus servicios logísticos a firmas valencianas. Una vez captado el nuevo 'cliente', uno de los presuntos delincuentes se presentaba el día pactado en la empresa vendedora a bordo de uno de los camiones refrigerados, al que le habían sustituido las placas de matrícula, y cargaba con normalidad la mercancía. Nada más salir de la empresa, el conductor retiraba las matrículas duplicadas de la cabeza y del remolque y colocaba de nuevo las originales, para evitar ser detectado en marcha.

Poco después, quedaba con un segundo implicado en un área de servicio o un lugar apartado, y ambos intercambiaban los remolques. El que utilizaban para cargar regresaba a Gandia, listo para el siguiente robo, y el segundo proseguía el viaje hacia su destino final, que aún está bajo investigación.

La investigación permitió abortar un último robo, el de una carga de 21 toneladas de carne congelada de una factoría de Lleida, y ha permitido esclarecer 15 hechos, de los que han sido víctimas mercantiles españolas de Alicante, Teruel, Barcelona, Murcia, Almería, Huesca, Pontevedra y Lleida.

El montante global del fraude cometido es de 350.000 euros, según informó ayer la Comandancia de València. Los detenidos, tres hombres y una mujer, de entre 38 y 62 años, todos ellos de nacionalidad búlgara, ya han pasado a disposición judicial.