25 de noviembre de 2019, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Una víctima que lleva dos meses siendo acosada por su expareja llama al teléfono de atención 016 informando de que su excompañero está aporreando la puerta de su domicilio y se muestra muy violento. Antes de que acuda ninguna patrulla policial al lugar del aviso, en Torrent, llega su hijo de 21 años de la calle y forcejea en el rellano con su agresor al ver que éste está «agarrando fuertemente del cuello» a su madre. Tras lo ocurrido el presunto maltratador fue atendido en un centro hospitalario de València,al referir que también había sido agredido. Los facultativos no le apreciaron ninguna lesión de gravedad, salvo la colocación de una férula nasal por hematomas faciales, por lo que no requirió de hospitalización.

A la mañana siguiente se celebra juicio rápido por la agresión machista en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Torrent, y tras reconocer los hechos, se condena al maltratador a 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Apenas unas horas después, cuando se disponía a entrar en la vivienda de un familiar en València, este hombre, de 47 años y con patologías previas, cae desplomado. Pese a las maniobras de reanimación del SAMU, se confirma su fallecimiento. A priori una muerte natural. No obstante, en la autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de València se descubre que la causa del fallecimiento es un traumatismo torácico con rotura de bazo.

Tras las averiguaciones policiales oportunas y en base al resultado definitivo de la autopsia, un juzgado de Torrent ha imputado ahora al hijo de la víctima de los malos tratos como autor de un delito de homicidio por la muerte del agresor de su madre. El joven, que sostiene que actuó en todo momento para defender a su progenitora, declaró la semana pasada en el Juzgado de Instrucción número tres de Torrent por estos hechos.

Su defensa, ejercida por los letrados Silvia Moya y José Manuel Gómez Gabriel, tratará que el caso contra su cliente, acusado de homicidio, sea sobreseído antes incluso de llegar a juicio. Dejando a un lado la larga lista de antecedentes penales del fallecido, condenado el mismo día de su muerte por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer, el estado de salud del finado ya era tremendamente delicado (politoxicómano, con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, VIH, cirrosis y hepatitis) cuando se produjo el incidente con el hijo de su expareja.

Además, en el propio informe de autopsia los forenses recogen que aunque no es posible concretar con rotundidad si el fatal desenlace se podía haber evitado de haber detectado a tiempo la lesión interna en el bazo, aclaran que «en un centro hospitalario como en el que fue atendido el finado se disponen de los recursos diagnósticos y terapéuticos que hubieran favorecido, de haber sido activados, actuar sobre el tipo de lesiones que presentaba en un sentido curativo».

Se negó al estudio radiológico

Los hechos ocurrieron sobre las 18.40 horas del 25 de noviembre del pasado año cuando el fallecido se presentó en el domicilio de su expareja, con la que había dejado de convivir a finales de septiembre, en la localidad de Torrent, y comenzó a «aporrear la puerta de la vivienda, gritando para que le abriera, cosa que al final hizo». Según quedó probado en la sentencia del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Torrent, «con ánimo de menoscabar su integridad física, la agarró fuertemente del cuello y la empujó», causándole lesiones que requirieron de una primera asistencia facultativa.

Asimismo, durante el forcejeo con el hijo de su víctima, el detenido también resultó herido, por lo que fue atendido en el Hospital General de València. Según la versión que dio a los sanitarios, había sido golpeado con un tubo metálico en la cabeza, tórax y abdomen. Pese a «la sospecha de fractura costal», el paciente se negó a que le realizaran una radiología. Horas después y tras ser condenado por violencia machista fallecía por un shock hipovolémico como consecuencia de la rotura del bazo. Los forenses hallaron fracturas costales con desgarro pulmonar y descartaron que dichas lesiones fueran accidentales u autoprovocadas, de ahí que se abriera la causa por homicidio.