El joven de 21 años imputado por el homicidio del excompañero sentimental de su madre, condenado por maltrato el mismo día de su muerte, asegura que su única intención era la de que se marchara del lugar y que lo sujetó contra el suelo para proteger a su madre. «Le dije que se fuera, forcejeamos y caímos al suelo, fue todo muy rápido», explica el acusado, quien nunca antes había tenido un enfrentamiento con el fallecido.

Asimismo, mientras trataba de que no se levantara y que se tranquilizara, el hombre empezó a darse cabezazos contra el suelo, según la versión del joven. «Decía que nos iba a meter en la cárcel».

Los hechos ocurrieron en el rellano de la escalera y los vecinos salieron para ayudar a reducir al presunto maltratador, hasta introducirlo en el ascensor. Respecto del objeto metálico con el que, según lo manifestado a los médicos por el fallecido, le habrían golpeado, ninguno de los testigos vio nada que se le parezca.

La madre del investigado y víctima del maltratador fallecido también ha declarado ya ante el juez como testigo. Según explicó, su expareja era «una bomba de relojería». Aunque nunca le había llegado a denunciar, la mezcla de la metadona y el alcohol, unido a un supuesto trastorno de la personalidad, lo hacía una persona violenta e inestable, según sus manifestaciones. «Ese día llegó hecho un miura de los golpes que daba en la puerta», recuerda.