La Guardia Civil investiga el ataque a una mujer de 31 años ante su hijo de 8 en el que un desconocido le llenó el pelo y la frente de pegamento abrasivo tras acceder a su casa bajo engaño. La víctima, Marcela Tascón, está convencida de que la autora intelectual es otra mujer relacionada con su entorno y ahora espera que la Guardia Civil detenga cuanto antes a quien ha atentado contra su integridad.

Los hechos sucedieron en torno al mediodía del jueves, cuando Marcela estaba junto con su hijo en su casa, que también alberga su clínica de estética. Una mujer, colombiana como ella, la había llamado 20 minutos antes para preguntarle por su dirección simulando que era una clienta nueva. «Me dijo que estaba en una calle cercana y que no encontraba el sitio. Ya me había llamado dos semanas antes, preguntando lo mismo, pero ese día no vino. Ayer [por el jueves] le dije la dirección exacta y me dijo en que 20 minutos me confirmaba. Me puse a preparar el gabinete y sonó el timbre. Cuando contesté, vi a un desconocido con un ramo de flores. Me dijo que traía un encargo, así que, confiada, le abrí».

Segundos más, tarde, llamó al timbre de su casa. «Abrí la puerta, con mi hijo al lado, y entonces me preguntó si yo era Marcela. Le respondí que sí y en ese momento me arrojó el ramo a los pies y mientras me gritaba 'hija de puta', me colocó violentamente un gorro de tela, como los de pesca, en la cabeza. Después, salió corriendo. Mi hijo se puso muy nervioso y yo empecé a sentir que me caía algo que me quemaba por la cara y por la cabeza». Marcela se quitó bruscamente el gorro y lo tiró al suelo. Intentó quitarse el pegamento, pero ya era tarde. Como pudo, cogió al pequeño y se fue al Hospital de Llíria.

El equipo médico de urgencias no pudo hacer otra cosa que afeitarle la cabeza y tratar después la piel abrasada. Y grabó la inusual intervención que, sin embargo «es bastante habitual en Colombia, donde le llaman 'hacerte el champú'. A veces te echan pegamento y otras, ácido». Marcela es de origen colombiano, como el hombre que la atacó y la mujer de la que sospecha, pero lleva 20 de sus 31 años en España, adonde llegó siendo una niña.

Nadie ha ido a recoger muestras

Tras salir del hospital, Marcela llamó a la Policía Local de la Pobla de Vallbona, que acudió a su domicilio. Le sugirieron que llamase a la Guardia Civil. La mujer se presentó en el cuartel de Llíria y presentó una denuncia, que amplió ayer por la mañana en el puesto de Benaguasil «porque en la primera, el agente no recogió todo lo que le expliqué, y yo quiero que esto se investigue. Tenemos miedo. Mi hijo tiene miedo. Hoy [por ayer, viernes] me agarraba y me decía que no saliera de casa».

Y para que se pueda investigar, guarda en casa, sin tocar y donde cayeron, el ramo y el gorro. Pero nadie ha ido a realizar la inspección ocular. «Los policías locales me dijeron que esto no es el CSI, pero imagino que la Guardia Civil sí que vendrá. Lo tengo ahí. No lo he limpiado ni tocado, porque supongo que puede haber huellas y además, necesitarán el pegamento para analizarlo». Anoche aún no se había puesto nadie en contacto con ella.