La sección primera de la Audiencia de València ha impuesto 6 años de cárcel y 6 más de libertad vigilada, además del pago de una indemnización de 20.000 euros y la prohibición de acercarse a menos de 300 metros o de comunicarse con su víctima durante 12 años a un delincuente sexual que sometió a abusos sexuales de manera constante durante dos meses a una niña de 13 años, según informó ayer el TSJCV.

Los hechos, ocurridos hace cuatro años, fueron juzgados en enero pasado, pero no ha habido sentencia hasta ahora. En ella, el tribunal considera probado que aún a sabiendas de su edad y con el fin «de procurarse placer sexual» mantuvo con ella relaciones completas, «a diario o incluso varias veces al día». Las relaciones comenzaron a los pocos días de conocerse y ocurrieron porque el ahora condenado, que entonces tenía 10 años más que la niña, «la presionó diciéndole que a él no lo iba a tener a dos velas» y «cuando ella no quería tener sexo, la amenazaba con dejarla».

Esa situación se prolongó por espacio de dos meses. Finalmente, aunque la Fiscalía le acusaba de agresión sexual, el tribunal entiende que no hubo violencia basándose en el testimonio de la chica, por lo que únicamente le condena por abuso sexual.

A su sobrina

El TSJCV también informó ayer de un segundo condenado por el mismo delito, en esta ocasión, un hombre de 44 años a quien la sección cuarta de la Audiencia de València ha impuesto 5 años de cárcel por abusar y tratar de agredir sexualmente en una ocasión a su sobrina de 15 años.

En ese caso, el depredador sexual aprovechaba los momentos en que la menor iba a casa de su abuela -y madre del condenado- a realizar tareas de limpieza a cambio de una pequeña cantidad de dinero. No solo la tocaba con ánimo libidinoso cuando estaba sentada en el sofá o tendida en la cama -la niña se quedaba a veces a dormir-, sino incluso cuando tendía la ropa y había más gente delante.

Una de las veces, le quitó la ropa e intentó penetrarla a la fuerza, pero la chica se defendió a patadas y lo impidió. Cuando lo contó, nadie en su familia se tomó en serio las agresiones, por lo que nadie intervino hasta que la víctima lo contó a la directora del centro de acogida donde estaba internada y a tres amigas.

Además de la pena de cárcel, deberá cumplir 6 años de libertad vigilada y cinco de alejamiento.