El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número tres de València, que estaba en funciones de guardia cuando fue hallado el cadáver de Yesica Daniela Gularte en el maletero de su vehículo la medianoche del pasado sábado, ha dictado una orden internacional de detención contra Janner J., novio de la joven de 33 años y principal sospechoso de su asesinato. El fugitivo, de 29 años y origen colombiano, podría haber huido al extranjero, como manifestó a varias personas de su entorno. De hecho, el presunto asesino habría contado con cerca de siete días de ventaja respecto de los investigadores, ya que presuntamente estranguló a su pareja a las dos de la madrugada del domingo 23 de agosto -según el relato de los testigos que escucharon la discusión- y hasta una semana después no fue hallado el cuerpo sin vida de la joven horas después de que una amiga denunciara formalmente su desaparición.

Previamente, el mismo lunes 24, responsables de la empresa para la que trabajaba Yesica como auxiliar de enfermería en el servicio de ayuda a domicilio alertaron a la Policía Local de València de que no localizaban a esta trabajadora. La víctima tenía que empezar su jornada a las 7.30 horas en el domicilio de una persona mayor dependiente y la mujer del paciente telefoneó diciendo que nadie había acudido al servicio. «Nos extrañó porque desde que comenzó a trabajar con nosotros en el mes de junio siempre había sido muy puntual. Era una persona muy responsable y trabajadora», aseguran fuentes de esta empresa de servicios sociosanitarios. Tras llamarle varias veces al teléfono esa mañana y mandarle mensajes de WhatsApp que nunca leyó, comprobaron que el móvil figuraba apagado.

Pese a este aviso por desaparición, en la ficha de su trabajo constaba otro domicilio distinto a la vivienda de Patraix donde residía actualmente Yesica junto a su novio y principal sospechoso del crimen, y un compañero de piso que esa semana no estaba en la casa. Se desconoce si la Policía Local dio traslado a la Policía Nacional de dicho aviso y si en esas primeras horas de su desaparición se hicieron gestiones policiales para localizarla en la vivienda de Patraix.

Como fuera, paralelamente los amigos de la joven empezaron a sospechar de Janner, quien les dio vagas explicaciones sobre su marcha y quien aseguraba no saber el paradero de su hasta ese momento novia. De igual modo, algunos de ellos recibieron mensajes enviados desde el perfil de Yesica, a través de una red social, en los que su presunto asesino, suplantando su identidad, les decía que se había ido y que estaba bien.

Para movilizarse y poner en común cuando había contactado cada uno de ellos con Yesica por última vez, los amigos de la víctima crearon un grupo. El compañero de piso de la pareja también se mostró extrañado al regresar a la casa y comprobar que todas las pertenencias de Yesica estaban allí, salvo su bolso y su teléfono móvil. Mientras que los familiares de la joven, que residen en Uruguay, tampoco sabían nada de ella.

Finalmente y a tenor de todos estos indicios, el sábado 29 una de sus amigas denunció la desaparición de Yesica Daniela en una comisaría de Policía Nacional. Esa misma noche el exmarido de la joven, con el que mantenía una buena amistad, localizó su vehículo estacionado en un descampado de la calle Pablo Meléndez, a escasos 200 metros del domicilio donde presuntamente se habría cometido el crimen. El fuerte olor que salía del coche y restos de sangre que eran visibles desde la ventanilla presagiaban el peor desenlace posible. Tras esperar la llegada de la policía y los bomberos confirmaron que se trataba del cadáver de su amiga.