La Policía Nacional busca desde la noche del jueves a un hombre por intento de homicidio, después de que tirotease la vivienda de una familia de Burjassot con una pistola y una escopeta de caza, en un episodio en el que, por fortuna, no hubo heridos, ya que en ese momento no había nadie en el comedor. Aunque la persiana estaba bajada, se percibía desde el exterior que había luz, de manera que era más que probable que en el interior hubiese gente, así que la Policía cree que su intención no era tanto asustar como herir o, incluso, matar. Los hechos sucedieron instantes antes de las once de la noche del jueves en una vivienda de la calle Mare de Déu dels Desemparats de Burjassot y fueron los vecinos quienes alertaron al 112 para dar cuenta de que los ocupantes de un BMW de color azul oscuro se habían bajado del vehículo y habían abierto fuego contra una vivienda, tras lo cual huyeron a toda velocidad.

Los primeros agentes en llegar, una patrulla de la Policía Local de Burjassot, se encontraron con la dueña de la casa gritando, presa de un ataque de nervios, y su hija, que sufre una discapacidad, golpeándose contra los muebles y llorando, en plena crisis de ansiedad. Tras facilitarles la entrada, los policías vieron uno de los proyectiles caído debajo de la mesa del comedor y el otro, en la ventana de la misma estancia, precisamente aquella a través de la cual habían efectuado los disparos. Instantes después, llegaron sendas patrullas de la Policía Local de Godella y de Rocafort, así como una tercera de la Policía Nacional. Mientras se encontraban con las perjudicadas, se produjo un aviso de un nuevo tiroteo contra otra vivienda ubicada en la plaza del Palleter, a menos de un kilómetro de la anterior, y en la que residían familiares de los de la primera. Los agentes se desplazaron a ese segundo domicilio, y volvieron a encontrarse la misma escena de nervios y gritos, si bien en esta ocasión no hallaron ninguna huella de disparos. Al parecer, los habrían efectuado desde lejos, por lo que no habrían impactado en la casa. De hecho, la patrulla de la Policía Local de Rocafort que se dirigía a ese segundo servicio llegó a cruzarse, sin saberlo en ese momento, con el vehículo del sospechoso. Al parecer, el objetivo eran la dueña de la casa y un hijo de la anterior, a los que ya habría atacado el mismo sospechoso hace varios meses, lo que provocó que un juzgado le impusiera una medida de alejamiento. De momento, el sospechoso no ha podido ser detenido, por lo que parte de la familia atacada se ha trasladado a otros domicilios por miedo a nuevas agresiones.