Quién miente y quién dice la verdad. Esa es la difícil cuestión a la que se enfrentan los nueve miembros del jurado que enjuician desde hace nueve sesiones y 14 días a María Jesús M. C. y a Salvador R. L. por el asesinato del marido de ella en la plaza de garaje que la pareja tenía alquilada en la calle Calamocha de València. Y hoy es el día en que esos jurados escucharán, por boca de los dos inculpados, las versiones que los mantienen enfrentados desde noviembre de 2018, diez meses después de que ambos fueran encarcelados como coautores del brutal crimen.

Nada más ser detenidos, ya ante el grupo de Homicidios y asistidos por sus abogadas de oficio, las mismas que los siguen representando —a la defensa de Maje se incorporaría enseguida el prestigioso penalista Javier Boix contratado por la familia de la acusada—, tanto Salva como Maje asumieron que los dos «se concertaron para planificar y ejecutar la muerte de Antonio Navarro». Dos días después, tras haberles permitido hablar con sus abogadas y ya ante el juez, Salva asumió en solitario la comisión del crimen y eximió a Maje, con la que llevaba dos años y medio de relación sentimental y sexual. Ella siguió el mismo guión y situó el asesinato de su marido en la esfera de la obsesión que, dijo, sentía Salva por ella.

Sin embargo, diez meses después, Salvador pidió hablar con el juez y contar no sólo que fue su examante quien le convenció para que matara a Antonio, sino, además, que jamás habría podido cometer ese crimen sin la cooperación de ella facilitándole los horarios de la víctima y la llave para entrar al garaje, y que nunca habría podido sorprenderlo en el garaje de no haber sido porque ella convenció a su marido de que aparcase dentro ese día concreto y le avisó de ello.

Y eso es lo que van a escuchar hoy los jurados: un crimen y dos relatos, el de ella, exculpatorio para sí misma, y el de él, inculpatorio para ambos. La capacidad comunicativa será fundamental y, en principio, beneficiará a quien diga la verdad, ya que es más fácil caer en contradicciones cuando se miente.

En todo caso, los jurados llegan a las declaraciones de ellos tras haber escuchado a decenas de testigos y peritos, y aún podrán completar su visión con la escucha de las conversaciones y la lectura de los wasaps en la sesión del día siguiente, la del miércoles.