Alrededor de mil internos del edificio de preventivos de la cárcel de Picassent han permanecido cerca de cuatro horas sin luz después de que las intensas lluvias dejaran a oscuras el centro sobre las cuatro de la tarde, al anegar el cuarto de contadores, según han informado fuentes del sindicato de Prisiones Acaip. El grupo electrógeno que debía suplir al fluido eléctrico de la red externa tampoco entró en funcionamiento porque se encuentra en esa misma estancia, en los sótanos de la prisión, así que el medio metro de agua que inundó esa parte impidió que entrara en acción. Por fortuna, no ha habido incidentes con los reclusos, gracias a la actuación de los 70 funcionarios de prisiones que estaban en ese momento trabajando en el edificio.

La luz ha saltado pasadas las cuatro de la tarde, minutos después de que cayera la tromba de agua que ha provocado inundaciones no solo en Picassent, sino también en otros municipios tanto de la Ribera como de l’Horta. Al darse cuenta los funcionarios de que no saltaban los grupos electrógenos, comprobaron que estaba totalmente inundado el cuarto destinado a los equipos eléctricos, por lo que alertaron a la dirección de la cárcel y a los responsables de mantenimiento del centro penitenciario.

La situación empezó a volverse preocupante porque los técnicos tampoco podían regresar a la prisión, ya que las lluvias habían obligado a cortar no solo la autovía A7, sino también la carreteras aledañas, de manera que el centro penitenciario quedó aislado.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias han destacado que el buen hacer de los funcionarios, que han explicado a los internos cuál era la situación, ha permitido que el incidente, que se ha prolongado hasta más allá de las ocho de esta tarde, se resolviera sin conflictos.

Otras fuentes consultadas por Levante-EMV han informado de que ha habido algún pequeño altercado en el módulo de presos jóvenes, que alberga reclusos de entre 18 y 21 años, que han sido resueltos sin más trascendencia por los funcionarios destinados en ese recinto.

La dirección de la cárcel incluso ha llegado a hablar con responsables de la Guardia Civil, para improvisar algún medio que permitiera llegar a los técnicos de mantenimiento, aunque finalmente no ha sido necesario, ya que la reapertura del acceso por carretera les ha dejado llegar en sus vehículos hasta el centro.

Tras achicar el agua del sótano, han podido restablecer la luz en torno a las ocho de la tarde, aunque más tarde ha vuelto a saltar en un par de ocasiones, aunque solo por espacio de unos minutos y mientras han durado los trabajos de restablecimiento del fluido eléctrico.

La cárcel de Picassent es una de las más antiguas de España (tiene casi 30 años) y, aunque algunos módulos han sido rehabilitados, buena parte de las instalaciones, como se ha podido comprobar esta tarde, se han quedado obsoletas y necesitan de inversión urgente para subsanar esas deficiencias, que comprometen la seguridad de los trabajadores y de los propios internos.