Hay escapadas que no llevan a ninguna parte. Un repartidor de 20 años protagonizó ayer una huida sin sentido por media comarca de la Marina Alta. Poco después de las 9 horas, este repartidor, que conducía una furgoneta de color azul, se saltó un control rutinario que estaba realizando la policía local del Poble Nou de Benitatxell en la urbanización de la Cumbre del Sol. Esa primera maniobra ya fue temeraria. Estuvo a punto de atropellar a dos agentes. Casi una hora después, la Guardia Civil de Calp lograba detener el conductor, que antes había atacado a puñetazos a los guardias. Estaba totalmente fuera de sí.

El repartidor llevó a los coches patrulla de la policía local y la Guardia Civil pegados a los talones por media comarca. Tras saltarse el control, dos vehículos policiales de Benitatxell echaron detrás de él. Llevaban puestos los rotativos. Pero el joven conductor no paraba y realizaba maniobras peligrosas por donde pasaba. Perseguido por la policía, devoró no pocos kilómetros. Primero se dirigió a Teulada. Luego pasó por Gata. Cogió por la virada y estrecha carretera que lleva hasta Llíber. Siguió hasta Xaló. Después se desvió a Benissa. Y llegó a Calp, estación final de su loca escapada. A esas alturas, los laterales de la furgoneta ya estaban rozados y abollados.

En Calp, se vivió un momento de tremenda tensión. El repartidor se metió en los estrechos viales de la urbanización de la Serra d’Oltà. Las patrullas de la Guardia Civil lo tenían donde querían, en una ratonera. Cruzaron los coches. No les dio tiempo a colocar más que un tronco en la calzada. Poco obstáculo. Los agentes consiguieron que el conductor se parara y bajara del vehículo. Realizaron numerosos disparos al aire para intimidarlo. Pero estaba desquiciado y no atenía a razones. La emprendió a puñetazos con los agentes que tuvieron el temple de no usar sus armas contra quien les atacaba con furia.

El repartidor se subió de nuevo a la furgoneta. Se abrió paso entre los coches cruzados en la calzada y apuró su huida. Ya no podía llegar muy lejos. Los testigos explicaron a este diario que el vehículo ya bajaba de la urbanización destartalado, con los neumáticos reventados por los disparos de los guardias y echando humo. Los agentes no tardaron en arrestar al conductor. Dio negativo en las pruebas de alcoholemia y drogas. Está acusado de delitos contra la seguridad vial y de resistencia y atentado contra los agentes de la autoridad.