Se llamaba Ivana Yutakova, tenía 21 años y había llegado poco antes de su República Checa natal. El 10 de julio de 2004, a las 22 horas, moría asesinada de dos tiros descerrajados a corta distancia con una pistola cuando se asomó a la ventanilla del conductor del coche que se paró junto a ella, en la misma curva de Albal donde ahora ha desaparecido Florina G. Nunca hubo detenidos, pero la investigación que llevó a cabo entonces la Guardia Civil acabó por revelar que Ivana había sido asesinada por la misma organización de trata de mujeres que la había traído a España y que la había estado prostituyendo en Madrid. La chica escapó y creyó que en València podría estar a salvo, pero se equivocó: la encontraron y la mataron. Ivana había llegado a València cinco meses antes de su asesinato. Sola y sin documentación —su país se adhirió a la Unión Europea en mayo de ese año, cuando ella ya estaba en España—, decidió tratar de ejercer la prostitución por su cuenta hasta encontrar un trabajo, pero las mafias de explotación sexual de mujeres se lo impidieron.