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La misa sin control ni mascarillas que desató el COVID en la Iglesia de El Palmar de Troya

Un brote de coronavirus en la orden religiosa que canonizó a Franco ha dejado 7 muertos, 78 infectados y ha obligado a confinar el pueblo un mes

La misa sin control ni mascarillas que desató el covid en la Iglesia de El Palmar de Troya

La misa sin control ni mascarillas que desató el covid en la Iglesia de El Palmar de Troya

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La misa sin control ni mascarillas que desató el covid en la Iglesia de El Palmar de Troya Vanesa Lozano - Luis Rendueles / Madrid

Navidad de 2020. Con la pandemia descontrolada y restricciones en toda España, decenas de feligreses acuden a misa en la Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, en la localidad sevillana de El Palmar de Troya (2.340 habitantes). Los hombres visten con túnicas y las mujeres llevan velo y mantilla. Entre los presentes también hay niños y bebés. Todos celebran la ceremonia, que incluye un besapié a una imagen del niño Jesús, sin mascarilla y sin respetar las medidas impuestas por Sanidad. Así lo muestran las imágenes que uno de los asistentes grabó el pasado mes de diciembre durante una de esas eucaristías dentro de la Basílica, a las que ha accedido El Periódico de Catalunya. Unos días después, un brote de coronavirus dentro de los muros de la orden religiosa dejó 78 infectados y una tasa de incidencia en el municipio de de 3.333 casos por 100.000 habitantes, lo que ha obligado a la Junta de Andalucía a cerrar perimetralmente el pueblo.

"Ochenta o cien peregrinos llegaron el 22 o 23 de diciembre, procedentes de Reino Unido, Alemania y Suiza, para celebrar la Navidad en la Iglesia Palmariana. Muchos vinieron en coche de alquiler, sin hacerse pruebas PCR . Se marcharon a sus países entre el 4 y el 7 de enero", explica a este diario Juan Carlos González, alcalde de El Palmar de Troya, que sitúa el foco de los contagios en las celebraciones y convivencias religiosas palmarianas de aquellos días.

Las imágenes de una de aquellas eucaristías muestran el momento en que los fieles palmarianos, separados según su sexo a ambos lados de la nave central, como mandan las normas de la orden religiosa, se acercan al altar, sin mascarilla, y besan, uno por uno, los pies del Niño Jesús sin que nadie desinfecte la figura entre un feligrés y el siguiente. Tampoco lleva mascarilla el Papa Pedro III, máximo responsable de la Iglesia desde 2016, ni ninguno de sus obispos mientras dirigen la ceremonia, ni siquiera cuando dan la comunión a los asistentes que se acercan a ellos.

"El virus se propagó dentro de sus muros, pero pronto se extendió a los vecinos del municipio, ya que aunque hay religiosos que viven en la finca de La Alcaparrosa, otros feligreses tienen casa en el pueblo, por lo que rezan en la Iglesia, pero duermen y hacen vida aquí. No son más de diez o doce familias extranjeras, pero todas tienen muchos hijos. De ahí que el grupo que vino en Navidad fuera tan numeroso", afirma el regidor de la localidad, donde todavía hay 68 casos activos (27 de ellos fuera de la Iglesia) como consecuencia del brote, que ya ha dejado siete personas fallecidas, "cuatro sacerdotes y una monja palmarianos y también dos vecinos ajenos a la organización religiosa". Con esas cifras, la semana pasada el gobierno andaluz prorrogó el cierre del pueblo por quince días más.

Todos los seguidores de la orden religiosa que viven en La Alcaparrosa, casi un centenar entre obispos, sacerdotes, monjas y fieles según datos del Ayuntamiento, han permanecido aislados en el interior del recinto, que ha tenido que ser medicalizado "como si de una residencia de ancianos se tratara", con "sanitarios del Centro de Salud que visitan a diario la iglesia para asistir a los contagiados y controlar la situación epidemiológica", señala el alcalde.

La Junta investigará las imágenes

González reconoce que hasta que los miembros de la Iglesia empezaron a recibir tratamiento médico a mediados de enero, "era muy difícil saber lo que ocurría intramuros, porque actúan como una comunidad cerrada, no tenemos contacto con nadie del interior y no podemos hacer nada por impedir los contagios si cuando salen al pueblo van con mascarillas y respetando las normas y luego se lo saltan todo cuando se encierran en su propiedad privada". Advierte de que pondrá las imágenes publicadas por El Periódico de Catalunya en manos de la Delegación Territorial de Salud y Familias de la Junta de Andalucía para que investigue lo ocurrido.

El Periódico de Catalunya se ha puesto en contacto por vía telefónica y a través de varios correos electrónicos con la orden religiosa para recabar su versión, sin éxito. También ha contactado por teléfono con uno de los representantes de la Iglesia Palmariana, el misionero padre Braulio, pero no ha obtenido respuesta. En la página web de la organización, un mensaje informa a "todos los medios periodísticos, del medio y tipo que sean", a los que acusan de difundir "de manera falsa o al menos confusa, cuando no abiertamente calumniosa y ofensiva" sus actividades, de que no tienen "ningún interés" en comunicarse con ellos.

"La mascarilla, un bozal para someternos"

El youtuber y reportero de investigación Carles Tamayo, que llegó a infiltrarse en la Iglesia Palmariana en 2019, ha destapado en su canal varias conversaciones sobre la pandemia del coronavirus entre integrantes de la orden religiosa, en las que se deslizan comentarios como "Aquí en España tenemos que ir todos con la mascarilla, que es un bozal para someternos".

Tamayo también ha desvelado las cartas enviadas por el Papa Pedro III a sus seguidores durante los últimos meses en las que expone la postura de su iglesia respecto al virus: "Estamos en tiempos apocalípticos, tenemos que prepararnos para la muerte (€) los palmarianos somos los únicos que pueden ayudarles eficazmente a alcanzar la salvación eterna", reza uno de los escritos.

Las vacunas del anticristo

En octubre, cuando la vacuna contra el coronavirus ya empezaba a vislumbrarse, Pedro III escribió a sus feligreses: "Estos satanistas siguen preparando el tiránico reinado del anticristo. Ahora están instando para que todos los habitantes de la tierra obligatoriamente reciban vacunas. No podemos fiarnos de los satanistas. ¿Por qué quieren inyectar repulsivos en cada ser humano? ¿Será quizás como un sacramento satánico para mejor predisponer al pueblo a aceptar más tarde la infame marca de la bestia?".

La Iglesia Palmariana fue fundada en 1975, como una escisión de la católica, por Clemente Domínguez, un vidente y agente de seguros, conocido como "La Voltio" en bares de ambiente sevillanos por su anterior empleo como revisor de la luz. Durante su papado, canonizó entre otros a Francisco Franco, Carrero Blanco, Don Pelayo y el fundador del Opus Dei, Escrivá de Balaguer. La iglesia se edificó en La Alcaparrosa, la finca donde cuatro niñas aseguraron que la Virgen María se les había aparecido en 1968. Aunque la Basílica se levantó definitivamente siete años después, gracias a las donaciones de sus seguidores.

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