Cae en Benissa un criminal que entregaba inocentes al Ejército colombiano para ejecutarlos

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Benissa ‘El Zarco’, uno de los criminales de guerra más buscados en Colombia. El arrestado tenía en vigor una Orden Internacional de Detención (OID) por diferentes homicidios en personas protegidas y concierto para delinquir agravado, hechos por los que tenía pendiente una pena de 40 años en Colombia. Luis Jhon Castro Ramírez es un ‘desmovilizado’ del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) dedicado al reclutamiento de falsos positivos, esto es, la captación de civiles inocentes para asesinarlos a sangre fría y presentarlos como bajas de combate.

Entre los hechos que se le imputan es la captación y posterior entrega a unidades militares del Ejército colombiano en el Valle del Cauca y Tolima de 14 jóvenes que, posteriormente, fueron asesinados y presentados como bajas en combate.

De forma más concreta, los hechos que motivan la reclamación internacional se remontan a 2007 cuando el prófugo participó en el asesinato de cuatro personas. Asimismo, fue el responsable de la muerte de otras seis en el municipio de Coyaima, donde miembros del Ejército Nacional ejecutaron a dichas personas a las que utilizaron posteriormente para hacerlas pasar por víctimas de combate.

«Fluida coordinación»

El Ministerio del Interior emitió ayer un comunicado en que afirmaba que «la localización del fugitivo ha sido posible gracias a los canales de cooperación policial internacional».

«Los investigadores tuvieron conocimiento de la existencia de una Notificación Roja de Interpol para su búsqueda y detención para extradición, e iniciaron gestiones para dar con su paradero puesto que no existía rastro alguno de su estancia en nuestro país», asegura la Policía Nacional.

Pero eso no es exactamente así. La realidad es que El Zarco ya había sido detenido en España a finales de 2019, en cumplimiento de una orden internacional de colaboración con las autoridades colombianas, pero cuando fue entregado al juez de guardia de la Audiencia Nacional, el órgano competente en materia de colaboración judicial internacional, el magistrado tuvo que dejar al exguerrillero en libertad, dado que el arrestado pidió asilo político. Eso sucedía en octubre de 2019.

Cuando, el 22 de enero de 2020, Interior echó por tierra su estratagema y le denegó el asilo, se reactivó la extradición, pero un segundo golpe de suerte, esta vez en forma de pandemia global, postergó hasta mayo de 2020 el intento de enviarlo a Colombia, ya que estaban suspendidos la mayor parte de los vuelos internacionales.

El 24 de junio de 2020, la Audiencia Nacional reactivó la extradición, pero Colombia seguía sin mover ficha, así que el 29 de octubre, el alto órgano judicial español dio un ultimátum al andino: si no gestionaban la repatriación, dejarían en libertad a El Zarco por pérdida de vigencia de la OID.

El Gobierno colombiano se comprometió a llevárselo en diciembre pasado, pero nuevamente incumplió su palabra, así que, en enero pasado, la Audiencia Nacional ordenó la liberación del exguerrillero.

A partir de ese momento, la justicia colombiana renovó la solicitud de extradición. Así, la Policía Nacional reabrió el caso y, tras seguirle la pista de A Coruña, lo localizaron oculto en Benissa, donde fue arrestado el sábado pasado.