El vehículo alquilado por el empresario polaco desaparecido el pasado 10 de noviembre en Pego, tal como informó ayer Levante-EMV, fue localizado días más tarde en Sollana, por lo que parte de la investigación se ha trasladado a València. El coche, un Opel Mokka, fue alquilado en el aeropuerto madrileño de Barajas el 9 de octubre supuestamente por Marek M. R., de 38 años, aunque el contrato figura a nombre de otro ciudadano polaco.

Ese vehículo debía haber sido devuelto el 14 de noviembre, pero, para entonces, Marek ya había desaparecido. La última constancia que se tiene del empresario es una llamada que mantuvo con un conocido suyo por teléfono.

Ocurrió el 10 de noviembre, y el análisis de sus últimos movimientos lo sitúa en las inmediaciones del chalé de alto standing que había alquilado en la urbanización Monte Pego, en el término municipal de Pego (Marina Alta), información que la Guardia Civil conoce gracias al estudio de posicionamientos de su teléfono a través de las conexiones a las antenas.

El hecho de que ese coche apareciese días después abandonado en Sollana, en la Ribera Baixa, a 70 kilómetros del punto en el que mantuvo la última conversación con su amigo, es otro de los elementos que refrenda la principal sospecha: que Marek ha sido víctima de una desaparición forzosa. De confirmarse esa tesis, lo más probable es que los responsables de su desaparición se deshiciesen del Opel Mokka durante su huida.

Poco después de que su familia denunciase en Kilce, su ciudad natal, la ausencia del empresario, la Guardia Civil de Alicante asumió el caso. Los primeros agentes que acudieron al chalé y que se entrevistaron con la dueña tras encontrar la casa vacía, averiguaron que alguien había cambiado el suelo de parqué del salón y que faltaba parte del mobiliario, entre otros objetos, el sofá.

El empresario había buscado esa vivienda, un chalé de grandes dimensiones y con vistas al mar, a través de un portal inmobiliario y había pagado un año completo de arrendamiento a la dueña, algo poco habitual. Incluso había llegado a contratar los servicios de un jardinero.

Dadas las circunstancias, los investigadores intentan averiguar si Marek M. R. ha sido víctima de un asesinato. De momento, la inspección ocular realizada en la vivienda no ha permitido encontrar indicios de ese supuesto crimen, aunque el hecho de que alguien reformase parcialmente el salón y aplicase productos altamente higienizantes conduce todas las pesquisas en ese sentido. Además, fueron inutilizadas las cámaras de vigilancia.

El empresario había estado trabajando también en Holanda, según informaciones publicadas en su país.