La Policía Nacional busca desde ayer al autor del asesinato de Carlos Almiñana, de 67 años y cofrade del Nazareno de Gandia y de una asociación religiosa de la capital de la Safor, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado a media mañana por dos sobrinos que acudieron a su piso al no tener noticias de él desde hacía días, tal como adelantó ayer e exclusiva Levante-EMV en su edición digital. La víctima estaba atada de pies y manos a su cama y su cuerpo tenía señales visibles de varios golpes y síntomas de asfixia. De momento, ya se sabe que le han robado dinero y el coche, que ha desaparecido del garaje.

El descubrimiento del cadáver de Carlos Almiñana, que vivía solo en el número 31 de la calle Ciutat de Laval de Gandia desde que falleció su madre, se produjo pasadas las once de la mañana de ayer. Fueron dos sobrinos suyos quienes acudieron al domicilio, alertados porque llevaban días sin saber de él y tampoco respondía a las llamadas telefónicas.

Los sobrinos, que disponían de llave del piso, entraron y se toparon con la macabra escena, así que llamaron de inmediato al 112, cuyos operadores enviaron al lugar a agentes de la Policía Nacional de la comisaría de Gandia y de la Local. Cuando los primeros comprobaron que, efectivamente, se trataba de un asesinato, activaron el protocolo policial por el que fueron desplazados desde València los especialistas del grupo de Homicidios y del equipo de inspecciones técnico-policiales de la Policía Científica, que prolongaron su trabajo en el interior del piso hasta pasadas las ocho de la noche de ayer en busca de cualquier evidencia, biológica o de otro tipo, que haya dejado el asesino tras de sí.

Un encuentro para robarle

El hecho de que la víctima hubiese recibido golpes, apenas conservase ropa y muestre señales de asfixia, según las primeras apreciaciones del forense, que deberá confirmar hoy la autopsia, ha dirigido la investigación hacia alguien que fue a casa de la Carlos con la intención previa de robarle y a quien posiblemente la víctima conocía con anterioridad, ya que la puerta de la vivienda no estaba forzada, por lo que le abrió con total confianza.

De hecho, quien lo mató, se llevó el coche de la víctima, un Citroën C4 de color rojo. Y no solo eso. Falta una importante cantidad de dinero de la cuenta corriente de Carlos Almiñana. Así lo han denunciado los sobrinos de la víctima, que informaron a la Policía desde el primer momento de esas dos circunstancias.

Aunque será la autopsia que se practique hoy en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València la que determinará la causa exacta de la muerte y la data, todo apunta a que podría haberse producido entre la noche del jueves, 18 de febrero, y la mañana del viernes. Ese día, debía haber acudido a recoger comida a un punto de Gandia alejado de su domicilio, pero ya no fue.

Los agentes del grupo de Homicidios ya han comenzado a tomar declaración a los sobrinos, que son quienes más información sobre su tío conocen, y a los vecinos de la finca, para intentar reconstruir las últimas horas de la víctima.

Además, han comenzado ya a revisar las cámaras de seguridad del entorno del domicilio de la víctima, ante la posibilidad de que alguna de ellas hubiese captado al autor del crimen a la llegada y a la salida de la finca. Y seguirán el rastro bancario del dinero, para saber si lo obtuvo poco a poco o si lo sacó a través de cajeros automáticos.