La Policía Nacional de València disolvió anoche una fiesta ilegal en la residencia de estudiantes La Marina. Los agentes sorprendieron a 30 estudiantes de ambos sexos dentro de una habitación de la mencionada residencia, ubicada en la calle Francisco Cubells, número 7. Los 30 jóvenes estaban metidos en una habitación individual, transformada en una discoteca, con luces, equipo de música a lo grande y bebidas alcohólicas.

Los 30 jóvenes estaban metidos en una habitación individual, transformada en una discoteca, con luces, equipo de música a lo grande y bebidas alcohólicas

La operación, según fuentes consultadas, se desarrolló sobre las doce y veinte de la noche tras recibir una llamada en el 091. Los agentes policiales llegaron al lugar tras varias llamadas de los vecinos, quienes aseguraron que los jóvenes de la residencia estaban celebrando una fiesta en la que había bastante gente y que no les dejaba dormir. Los agentes, cuando llegaron al edificio, escucharon la música muy alta.

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Finalmente, la Policía Nacional levantó un total de 61 actas, de las cuales 30 fueron por no llevar mascarilla; otras 30 por la fiesta y 1 por desobediencia y resistencia. Los participantes y organizadores de estos eventos sin medidas de seguridad se enfrentan a multas que van desde los 601 a 30.000 euros, ya que estas conductas se consideran infracciones graves, tal como recoge el artículo 6 punto 2 del decreto ley 11/2020 que regula el régimen sancionador específico contra los incumplimientos de las medidas de prevención ante la covid-19.

Asimismo, hay que recordar que la Conselleria de Justicia no ha cerrado todavía el expediente abierto el pasado mes de octubre al colegio mayor Galileo Galilei de València por la fiesta ilegal en la azotea que originó 168 contagios de coronavirus y obligó a la suspensión de las clases presenciales en la Universitat Politècnica de València.