Siete predicadores evangelistas alemanes, 19 y 42 años, se enfrentan a una pena de cuatro años de prisión por un delito de desórdenes públicos en concurso con un delito de lesiones por provocar una estampida en un vagón del metro al lanzar proclamas religiosas con un megáfono en agosto de 2018. Los acusados señalaron ayer en la primera sesión del juicio que el verdadero responsable de la estampida es un joven que gritó: «¡Vamos a morir!» y luego que era una broma.

La escena ocurrió sobre las once de la noche del 4 de agosto de 2018 en una céntrica estación de metro de València. Los procesados accedieron al tren con una cruz roja de más de un metro, un carrito, mochilas y maletas. Uno de ellos vestía un chaleco con grafías árabes. El convoy estaba lleno de pasajeros. Los procesados comenzaron a lanzar proclamas a través de un megáfono: «tenemos un mensaje para vosotros: este metro está lleno de pecado, de drogas, de fornicación...». Aquellas palabras, según el fiscal, provocaron el pánico; y según la defensa, ejercida por el letrado Andrés Zapata, fueron aprovechadas por un bromista, quien causó la estampida.

La acción de los cristianos evangelizadores fue improvisada, y de hecho una parte de los acusados declaró ayer que no participó en ella. La decidieron tres de ellos, que quisieron aprovechar su trayecto de vuelta a casa para dar un mensaje, primero en alemán y luego traducido al español, a los jóvenes que llenaban el metro a esa hora.

«No escuché lo que decían en el megáfono, sino a la gente llorando, gritos … el metro paró y salió todo el mundo en estampida», recordó unavíctima, que desde entonces sufre fobia al metro.