El príncipe Jürgen Ludwig Hohenlohe y su pareja Beatriz D. se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial para responder de una presunta estafa de ocho millones de euros. La estrategia de su defensa pasó por argumentar que, de haber existido tal fraude, este habría prescrito y no se podría enjuiciar por tanto a su cliente.

Esta y otra infinidad de cuestiones previas capitalizaron la primera jornada del juicio por una presunta estafa piramidal millonaria. Un total de 29 afectados ejercieron la acusación particular y solicitan para la pareja acusada ocho años de prisión por los presuntos delitos de estafa y de apropiación indebida

Una investigación de la Policía Nacional determinó que la pareja habría cometido un presunto fraude piramidal que habría alcanzado un montante en torno a unos ocho millones de euros en el que habrían resultado casi doscientos inversores afectados. Pese a que la instrucción del sumario concluyó en 2015, la causa se demoró significativamente al pedir el principal acusado la traducción de los 25 tomos del sumario al alemán, su idioma nativo.

La investigación de la presunta estafa culminó en el año 2012, cuando la Policía Nacional detuvo a la pareja. Ambos ejercían el asesoramiento financiero a inversores en su mayoría alemanes. Su ‘modus operandi’ consistía en poner en contacto a sus clientes con personas o sociedades con aparente liquidez. A la mayoría de sus usuarios las entidades bancarias les habían denegado préstamos y conseguían de esta forma la financiación. La pareja percibía una abultada comisión, al tiempo que garantizaban la obtención de intereses por encima del precio de mercado.

Así, sus ofertas garantizaban una supuesta rentabilidad de hasta el 18’%. No obstante, el dinero invertido por los usuarios se volatilizó. A partir de 2010, la supuesta cartera que gestionaba dejó de pagar. Ni siquiera los elevados intereses prometidos. No obstante, el fiscal retiró la acusación al considerar que la pareja se hubiera quedado con el dinero de los inversores. Muchos de los afectados han perdido todo el dinero que habían invertido.

Cuestión previa

Durante la primera sesión del juicio, señalado para toda la semana, plantearon como cuestión previa la prescripción. Mientras algunos de los afectados desestimaron la vía penal y se decantaron por emprender acciones civiles contra la pareja.

Al comenzar su alocución, el príncipe de Hohenlohe solicitó que fuera excusado de estar presentes en el resto de sesiones alegando motivos de salud. Para ello aportó al tribunal un certificado médico. También hizo hincapié en que padecía dislexia y sufría un retraso de un minuto en la comprensión de lo que se le plantea y que, por tanto, necesita medicación. La presidenta del tribunal le autorizó a ausentarse, salvo el día que las distintas partes elaboren sus informes y para ejercer su derecho a la última palabra.

Trasladado al hospital

El príncipe Jürgen Ludwig zu Hohenlohe Langenburg perdió ayer el equilibrio durante un receso en el transcurso de la primera sesión del juicio que se desarrolla en la Audiencia Provincial por una presunta estafa de ocho millones de euros. La infortunada caída le hizo golpearse la cabeza contra el suelo y que quedara afectado por el impacto. Como medida de precaución, la víctima fue evacuada en una ambulancia para que fuera explorado en el hospital y comprobar el alcance de las lesiones. Apenas unos minutos antes, el acusado había solicitado al tribunal ausentarse durante el resto de las sesiones por motivos de salud.