La Policía Nacional ha detenido a un conocido neonazi de València y a un miembro de seguridad de España 2000 por la agresión sufrida por un joven el pasado 1 de mayo en la calle Serpis de València. Tal como han confirmado fuentes conocedoras del caso a Levante-EMV los arrestados son Vicente Casinos, un conocido neonazi y vigilante de seguridad en un centro hospitalario de la ciudad y Jorge Plaza, miembro de seguridad de España 2000.

Ambos fueron arrestados en la tarde del lunes y puestos a disposición judicial por los delitos de lesiones y amenazas así como de otros contra los derechos fundamentales. Posteriormente fueron puestos en libertad con cargos y quedaron pendientes de ser citados de nuevo al juzgado de instrucción donde se lleva la causa.

Las fuerzas de seguridad empezaron a investigar los hechos de oficio a través de las imágenes de las que se disponía, según confirmó la Delegación del Gobierno.

La agresión se produjo el sábado, 1 de mayo, por la noche, en el barrio de Algirós cuando apareció en la calle Serpis un grupo de jóvenes con simbología neonazi, que habrían estado gritando «dónde están los antifascistas».

Al cruzarse con el joven agredido, que estaba acompañado de otros amigos, se habría producido algún tipo de comentario con el que los neonazis se habrían dado por aludidos y le habrían increpado verbalmente. A lo que habría seguido una agresión con puñetazos y patadas ya en el suelo. Todo ello ante la mirada de los vecinos, algunos de los cuales grabaron las imágenes con sus teléfonos móviles. Una de estas grabaciones es la que sirve ahora como hilo para intentar depurar responsabilidades. Según ese relato, la agresión habría incluido una intimidación con navaja y gritos de inspiración neonazi.

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Manifestación previa

A escasos metros, en esa misma calle, se encuentra la sede de España 2000. Pocas horas antes, un férreo dispositivo policial había impedido en el centro de València enfrentamientos entre grupos antifascistas y simpatizantes del partido ultraderechista, que había convocado una manifestación en la que, además de numerosos saludos brazo en alto, se vertieron elogios a la política económica de Benito Mussolini y Adolf Hitler, además de cuestionarse la globalización y el papel de los judíos y los comunistas en la actual coyuntura económica.