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Secuestradas por su padre

Así es Junco, el perro de la Guardia Civil que busca a las niñas de Tenerife

Cumple dos años en verano, es un perro de aguas macho y es uno de los cinco agentes especializados en detectar restos de sangre y huesos - Llegó en avión a Tenerife con su compañero Bill, un pastor belga. Duerme en un hotel con su guía y solo bebe agua embotellada, para evitar indisposiciones

Junco, el perro de la Guardia Civil que busca el rastro de Anna y Olivia Gimeno en la isla de Tenerife.

Es uno de los cinco agentes de la Guardia Civil especializados en detectar restos biológicos y óseos. Se llama Junco, en agosto cumplirá dos años y es un perro de aguas macho.

El domingo por la noche llegó en avión junto con su guía humano a Santa Cruz de Tenerife para ayudar en la búsqueda de cualquier pista sobre el destino de Olivia y Anna Gimeno Zimmermann, las dos niñas que fueron secuestradas por su padre Tomás el pasado 27 de abril. Ayer y hoy, Junco y su compañero Bill, un pastor belga de tres años, rastrean la casa del padre, su coche y su barca en busca de cualquier rastro de sangre, huesos o fluidos de las dos niñas.

Junco y otros cuatro agentes K-9 forman parte de esa unidad especializada, creada en 2006 en la Guardia Civil a imitación de la que ya existía entonces en Suiza. Ellos forman parte del Servicio Cinológico, integrado por unos 500 perros expertos en detectar drogas, explosivos o rescate de personas vivas.

Como su hermano Dylan, compañero en su unidad, Junco llegó a la Guardia Civil desde la cantera de un policía local de San Fernando (Cádiz) que detecta y educa a ese tipo de perros de forma desinteresada. El resto de los cinco agentes especializados son Ator y la única fémina, Xena, bautizada así en honor de la princesa guerrera de la serie de televisión.

Desde cachorros

Varios de ellos viven habitualmente en la sede central de la unidad, ubicada en El Pardo (Madrid), donde también se prepara a los cachorros para convertirlos en futuros agentes caninos. Otros, como Junco o su hermano Dylan, son más privilegiados y viven en casa de sus guías, con sus familias.

Su labor es tan esencial que, por ejemplo, Junco ha viajado en el avión a Canarias al lado de su guía, para evitar posibles resfriados si viajara en la bodega. Estas noches, además, duerme con el guía en un hotel de Santa Cruz de Tenerife. Bill, más veterano, duerme en las instalaciones de la Guardia Civil en La Laguna. Para evitar que sufran indisposiciones, sus guías solo les dan para beber agua mineral embotellada. Para comer, reciben uno de los mejores piensos alimenticios de Europa.

De la mano de sus guías, Bill y Junco empezaron ayer a trabajar en la finca de Tomás Gimeno, el último lugar en que se sabe con certeza que estuvieron vivas las dos niñas. Una vecina ha declarado que las oyó jugar allí hacia las ocho de la tarde del 27 de abril. Noventa minutos después, el padre llegaba al puerto Marina Tenerife con dos bultos y una maleta que cargará en su barca. Las imágenes y los testigos no dan rastro de las crías.

Elton, como Cruyff

El primer perro español especializado en detección de restos biológicos fue Elton, un pastor belga que es un mito en el Servicio Cinológico de la Guardia Civil. "Es como Di Stéfano para el Madrid o Cruyff para el Barça. Elton marcó el camino de los que han venido detrás", subrayan. Uno de los últimos servicios de Elton antes de jubilarse fue marcar el pozo donde el asesino de Diana Quer decía que había tirado a la joven. Era el cuarto lugar diferente. Las tres veces anteriores había mentido, pero Elton marcó el pozo y allí se metieron los submarinistas para rescatar el cuerpo de la joven madrileña.

Así es Junco, el perro de la Guardia Civil que busca a las niñas de Tenerife

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Después de Elton (bautizado así por Elton John) llegó Marley (por el cantante rastafari), un joven perro de aguas que hizo brillantes servicios y falleció de un infarto. Tras ellos, Bill, Ator, los hermanos Dylan (otro brillante Bob) y Junco y la hembra del grupo, Xena. Ellos han participado en casos todavía sin juzgar como el crimen de la profesora Laura Luelmo, el de Manuela Chavero y la desaparición de la joven Marta Calvo en Valencia

Eficaces

Estos agentes caninos son capaces de detectar restos biológicos, de huesos, fluidos e incluso uñas hasta cinco años después del suceso. En el crimen de Javier Ardines, el concejal asesinado en Llanes (Asturias) detectaron restos de gas pimienta que fueron claves para encontrar a los sicarios acusados del crimen. Los dos especialistas que están en Tenerife fueron los que detectaron meses atrás restos de sangre de la joven valenciana desaparecida Marta Calvo en uno de los pisos del acusado de su desaparición, Juan Ignacio Palma.

El protocolo de actuación con los agentes caninos indica que primero debe entrar uno de ellos, con su guía, a inspeccionar cada estancia o zona. Cuando ese animal termina en una habitación, entra su compañero a revisar su trabajo. Si detectan o extraen un olor, deben quedarse totalmente quietos, sin tocar nada, muy cerca de la fuente. Entonces, su guía tira de la correa hacia él, para asegurarse de la firmeza de ese positivo. Si el perro se mantiene firme, inamovible, se avisa a otros guardias civiles de inspecciones oculares para que fotografíen el lugar señalado por el K-9. Su olfato ha servido para ayudar a resolver decenas de casos. Cuando lo hacen, sus jefes les dan un juguete, casi siempre un rodillo.

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