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Habla la madre del niño de 2 años muerto en Gijón: "Esto es irreal, mi pareja quería al crío como si fuera su hijo"

La investigación apunta a que el pequeño sufrió malos tratos al tener lesiones en los pulmones | La pareja de la madre pasará este miércoles a disposición judicial

La familia del pequeño, durante el velatorio.

La muerte de un niño de casi 2 años en extrañas circunstancias el pasado domingo ha sacudido a dos familias gijonesas que este martes, por separado, mostraban su consternación durante el funeral y entierro del pequeño, mientras recibían el apoyo y el cariño de sus respectivos allegados ante un trágico episodio que se encuentra bajo secreto de sumario y pendiente de que las pesquisas de la Policía Nacional permitan esclarecerlo. El drama todavía es mayor al trascender que la actual pareja de la madre del niño permanece detenida en los calabozos de la Comisaría de El Natahoyo a la espera de pasar hoy, miércoles, a disposición judicial. La madre del pequeño sufría ayer por la mañana un ataque de ansiedad por la situación en la que está. "Le quería como si fuera su padre, no sé quién está interesado en atribuirle lo que ha pasado, pero el niño estaba feliz siempre con él, toda esta situación es irreal", aseguró este martes Ana Belén D. F., en conversación con La Nueva España, durante el velatorio de su hijo, abrazada a uno de sus peluches. Los primeros indicios señalan con fuerza que el pequeño sufrió malos tratos.

Las últimas horas del niño son las que tratan de reconstruir los investigadores, que desde el deceso el domingo, y tras la alerta recibida de los sanitarios de que podría tratarse de un caso de malos tratos, han estado recabando los testimonios de todas las personas que estuvieron con el menor. Según el relato de la madre del niño, y corroborado por su abuela materna, el pequeño había pasado dos días con su padre, martes y miércoles, como así está estipulado en el acuerdo entre los progenitores, que incluye fines de semana alternos y la mitad de sus vacaciones con el padre. “El niño llegó bien, tenía unos pequeños arañazos, pero nada importante. Con su padre siempre estaba contento. Y hasta jugó y se puso a ver dibujos con su abuelo materno cuando volvió el miércoles”, recuerda Ana Belén, que el lunes había estado por Los Pericones con su hijo. “Estaba bien, feliz, era un niño muy contento, sano, aunque últimamente estaba muy mimoso. Hace tres semanas estuvo en Cabueñes por un virus que no paraba de vomitar”, apostilló ayer su abuela materna antes del funeral y su entierro de Deva.

Los problemas se desencadenaron el jueves. Según relata la madre, su hijo amaneció en casa de sus abuelos maternos. "Se despertó y lo vestí, luego mis padres me acercaron al trabajo, y me despedí de mi hijo. Le dije 'mami se va a trabajar, luego nos vemos', y ya cuando le volví a ver estaba en la ambulancia", rememora. Como los padres de ella tenían que ir al médico, dejaron a su nieto en compañía del novio de la progenitora, con el que mantiene una relación desde hace ocho meses, en su piso de la calle Francisco Carantoña. "Se lo presenté poco a poco, hace cuatro meses, y se llevaban muy bien. Hasta le llamaba papá y le enseñaba a decir palabras", afirma Ana Belén, que confía en su pareja y apunta en otra dirección.

El niño estaba cansado, prosigue la familia materna, y el detenido le acostó. Cuando llegaron sus abuelos del médico, “estaba bien, tumbado y movía las piernas”. Poco después comenzaron a escuchar sus gritos, y vieron que el niño estaba "muy pálido, blanco como la pared, y muy rígido", por lo que decidieron llamar a emergencias, alertando de un supuesto atragantamiento. También avisaron a la madre. Al no existir signos visibles de violencia sobre el cuerpo, y dada su rigidez, los sanitarios pensaron que podría tratarse de una meningitis. Y así llegó a Cabueñes, sobre las 13.30 horas del pasado jueves, pero por la gravedad y la inestabilidad en la que se encontraba, que ya despertó las sospechas médicas, se le derivó a la UCI pediátrica del HUCA sobre las 15.30 horas. Las pruebas que se llevaron a cabo para determinar qué le ocurría al crío revelaron que el pequeño presentaba lesiones internas en los pulmones, cuyo origen, presuntamente, estaría en un episodio de malos tratos. La activación del protocolo previsto por casos de este tipo se activó ante las evidencias y se dio aviso al juez de guardia. Pese a los intentos médicos por salvarle la vida, el niño falleció el domingo, intensificándose la labor policial. Tras los testimonios recabados, la pareja de la madre quedó detenida y está a la espera de declarar este miércoles en el juzgado.

La investigación "se está llevando a cabo con la máxima discreción y respeto al dolor de la familia", deslizan fuentes policiales. Será fundamental conocer el alcance de las lesiones que presentaba el menor para determinar si fue un episodio aislado, fruto de un zarandeo, o algo mayor. Por parte de la familia paterna, a los que el entorno de la madre del niño no permitió entrar al velatorio en el tanatorio del Jardín de El Lauredal (pero sí al funeral), han optado por guardar silencio y "dejar trabajar" a la Policía y a los jueces para esclarecer este "doloroso" caso.

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