La conmoción ha invadido a la sociedad después de que en la noche de este pasado jueves, el buque oceanográfico con base en Vigo, 'Angeles Alvariño' localizase el cuerpo sin vida de una de las niñas de Tenerife, Olivia, en el fondo del océano, después de que su padre, Tomás Gimeno, se las llevase para asesinarlas.

Cuando un suceso de este calado golpea a la actualidad, todos los medios ponemos el foco irremediablemente en los protagonistas de la historia. Contar el qué, cómo, cuándo, dónde y cuánto de todo se convierte en la prioridad, sobre todo cuando se trata de un hecho que se dirige a lo más atávico del ser humano: la fascinación que nos provoca la maldad de otros seres. ¿Cómo es posible que un hombre asesine a sangre fría a su descendencia? ¿qué le pasa por la cabeza a alguien así? Sin duda, otra de las amargas caras de la violencia machista: la violencia vicaria.

Precisamente este tipo de atracción generalizada sobre los sucesos puede conducir hacia actitudes reprobables como es el exceso de morbo. Precisamente sobre este riesgo ha hablado en su perfil de Twitter el popular presentador de televisión, Ángel Martín, quien por las mañanas hace un repaso irónico y cómico sobre la actualidad del día, llamado Informativo matinal para ahorrar tiempo.

Este viernes el formato de este informativo ha cambiado, tal como el propio Ángel ha indicado. "Tenía cosas preparadas", pero el hallazgo del cadáver de una de las niñas de Tenerife le ha llevado a hacer una reflexión y petición sobre este tema.

"Y como he trabajado en la tele, el informativo de hoy quiero dedicarlo a una cosa", explicaba Martín, "Son niñas ¿vale?. Son niñas, no convirtáis esto en un campeonato a ver quién puede contar los detalles más sórdidos o consigue los vídeos o las fotos más emotivos para que su audiencia llore más que la del otro. No camufléis el morbo bajo el rótulo de 'Investigación? o 'Última hora'".

"Lo mismo a los medios digitales, no busquéis el 'clickbait' para meter un anuncio antes del vídeo", y prosigue diciendo que los medios deben ser conscientes de que cada foto o vídeo que se use va a ser "un disparo en el corazón de la familia que las acaba de perder".

"Poneos en su lugar y tratar el tema como si la cría que ya no está fuera la vuestra", concluye.