La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia juzgó ayer a un joven acusado de violar a una menor de catorce años en una localidad del interior de la provincia aprovechándose tanto de su edad como del estado de embriaguez de su víctima y haciendo uso de la violencia, según mantiene la Fiscalía, que solicita para él una pena de doce años de prisión por un delito de agresión sexual con acceso carnal a persona menor de 16 años.

Por su parte, la defensa del procesado, quien reconoció haber tenido sexo con la menor —lo cual ya sería delito fueran o no consentidas las relaciones dada la edad de la víctima— solicita una pena de un año de cárcel al considerar que no medió violencia en los hechos y pide que se le apliquen las atenuantes de embriaguez —su cliente alega que también iba ebrio— y confesión tardía.

No obstante, en este caso el reconocimiento de hechos en el juicio fue parcial, ya que el acusado sigue insistiendo en que las relaciones sexuales con la menor fueron consentidas. Hecho que fue negado por la víctima, quien explicó que en un primer momento no quiso denunciar para que nadie en el pueblo se enterara de lo que le había ocurrido.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 23 de febrero del pasado año 2020 en una localidad del interior de la provincia de Valencia que este periódico no revela para preservar el anonimato de la menor. La adolescente, que en esos momentos tenía catorce años, reconoce que acudió voluntariamente al domicilio del acusado junto a otro joven, amigo de éste, con quien sí mantuvo relaciones consentidas. Posteriormente, entró en la habitación el procesado, de 21 años, quien le pidió a su amigo que saliera y colocó supuestamente una silla en la puerta para que nadie pudiera molestarlos. Esta circunstancia no habría quedado totalmente acreditada durante la vista oral.

Inicialmente el segundo joven figuraba también como investigado por la agresión sexual, pero finalmente tras exonerarlo de toda responsabilidad la víctima únicamente declaró como testigo. Éste explicó que en ningún momento escuchó que la menor pidiera ayuda y que por eso no entró en la habitación.

Asimismo, los agentes de la Guardia Civil que acudieron al domicilio relataron en el juicio que les extrañó la conducta de la menor, quien lejos de mostrarse satisfecha por haberla liberado de su supuesto agresor sexual, ésta les manifestó: «Me estáis jodiendo la noche».