La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal integrado por seis hombres que supuestamente se dedicaba al cultivo de marihuana a gran escala y cuyo líder, un albanés de 50 años, llegó a ordenar el secuestro y tortura de dos de sus hombres en un chalé de Náquera, empleado también como plantación, al creer que le estaban robando droga a sus espaldas. Al parecer, disponían de varios puntos de producción y todas las cosechas se vendían en Europa, donde el precio llega a triplicar el que se paga en España.

Según informó ayer la Comandancia de València, la Operación Encadenados, llevada a cabo por el Equipo de Delitos contra el Patrimonio, dio comienzo el pasado 20 de septiembre, después de que una de las víctimas lograra escapar y pidiera ayuda. El hombre, con señales evidentes de haber recibido una paliza, pidió auxilio a la Guardia Civil e informó de que había un segundo hombre retenido en una casa unifamiliar de Náquera, que estaba siendo torturado igualmente.

Los agentes pusieron en marcha una operación de rescate que permitió liberar a esa segunda víctima, a quien encontraron encadenado a una silla y con evidentes huellas de haber sido golpeados, dentro de un zulo en la vivienda. Así mismo, encontraron vestigios claros de que la casa había sido utilizada como plantación de marihuana.

Ambos habían sido encadenados, torturados y encerrados en el escondrijo, abandonados a su suerte sin agua ni comida, por orden de su jefe, convencido de que le estaban sisando la marihuana que debían custodiar.

Los cogollos, envasados al vacío. | GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil procuró asistencia sanitaria a los dos liberados, ambos albaneses y de 30 años, pero también los detuvo por un presunto delito de tráfico de drogas.

A partir de ese momento, los agentes abrieron una investigación para identificar al resto del grupo. El comunicado emitido ayer por la Guardia Civil remarca que las dos víctimas conocían la identidad de los captores, pero que no quisieron facilitársela a los investigadores, por lo que estos se las tuvieron que ingeniar para averiguarlas por sus medios, a lo largo de una investigación que se ha prolongado a lo largo de 10 meses.

El golpe final

Una vez establecidas las identidades y el paradero de todos los implicados, los especialistas de Patrimonio diseñaron una operación, desarrollada el pasado 14 de julio con la colaboración del Grupo Rural de Seguridad (GRS) y de la unidad cinológica, que permitió la detención de los cuatro presuntos traficantes restantes: el supuesto cabecilla, de 50 años, y su lugarteniente, de 33, ambos albaneses; un colombiano de 36 años y un marroquí de la misma edad. Los tres primeros, así como los dos liberados, han ingresado en prisión por orden del juez de Instrucción número 2 de Llíria, que ha supervisado la investigación.

Durante la operación, encontraron 1.100 plantas de marihuana en un bajo alquilado en Burjassot, 43 kilos de cogollos ya envasados al vacío y listos para su venta y 148.000 euros en efectivo, ocultos en un coche estacionado en un parking y en un piso. Los agentes registraron no solo el local de Burjassot, sino también los pisos del líder y de su mano derecha, en Massamagrell, así como viviendas en Quart de Poblet y un segundo bajo también había droga.