Era el primer día y encontrar a Marta Calvo después de casi dos años no solo habría sido un milagro, sino que tampoco estaba entre las previsiones de los agentes de la UCO y de Homicidios de València. Más bien era, y fue, una primera toma de contacto para validar o descartar los puntos fijados por agentes del Seprona a partir de la inspección de un amplio terreno por el que el presunto asesino de la joven, Jorge Ignacio P. J., se paseó durante más de tres horas el jueves 7 de noviembre de 2019, un día después de matar presuntamente a Marta.

Un vehículo de la Guardia Civil, ayer, en un camino junto a la cantera abandonada. Perales Iborra

Seis agentes de la UCO, desplazados desde Madrid, y uno de Homicidios de València, acompañados por el guía de Junco, un perro de aguas español de dos años especializado en la detección de restos biológicos y huesos humanos y por agentes del Seprona que habían participado en la selección de áreas en esa zona, revisaron desde primeras horas de ayer tres de esos puntos, para fijar dónde buscar y con qué medios.

En primer lugar, una cantera en desuso desde hace años, ubicada dentro de un terreno privado dedicado a la producción de cítricos y caquis, en el que hay varias edificaciones, algunas de ellas abandonadas. En ese lugar, perteneciente al término de Castelló, permanecieron durante unas tres horas, inspeccionando los lugares predeterminados por los especialistas del Seprona.

A continuación, se dirigieron a doce kilómetros de la cantera, a la ermita de Santa Anna, que se levanta sobre un promontorio de Llosa de Ranes aunque el edificio pertenece a Xàtiva. En ese punto permanecieron menos de media hora y a continuación, la comitiva se trasladó al Camí de la Font de Poveda, nuevamente en término de Castelló, pero en el linde de Senyera. A las dos de la tarde, los agentes decidieron interrumpir su trabajo, que continuará hoy.

De hecho, la previsión es continuar examinando otros puntos de la misma área. Las fuentes consultadas no pudieron precisar el número exacto de lugares ‘calientes’, aunque matizaron que los investigadores ya han descartado varios de ellos por considerar que no reúnen los requisitos para contemplar que Jorge Ignacio se deshiciese del cuerpo de Marta en ellos.

Tal como informó el miércoles Levante-EMV en su edición digital, el área ha sido delimitada después de que el análisis profundo de las geolocalizaciones de los teléfonos usados por Jorge Ignacio P. J. lo situaran en esa zona durante más de tres horas en la mañana del 7 de noviembre de 2019, cuando, según su única declaración, estaba dormido, junto al cuerpo sin vida de Marta, en su casa de la calle San Juan Bautista de Manuel.

En esa versión, aportada tras entregarse en el cuartel de Carcaixent, de madrugada y después de estar fugado durante 21 días, habló de que la había descuartizado y de que había comprado para ello un par de sierras en una ferretería de l’Olleria el jueves por la tarde y, un día después, también por la tarde, desatascador en una multinacional del bricolaje de Alfafar. Sin embargo, ‘olvidó’ hablar de su periplo por la zona que ahora investiga la Guardia Civil, y que solo ha podido ser acotada después de un complejo análisis, más profundo que el primero, para ubicar con mayor precisión su situación a partir de la geolocalización de sus teléfonos. Esa es la razón por la que los investigadores afrontan con cierta esperanza la búsqueda del cuerpo de la joven de Estivella en el área citada.