El sindicato Acaip-UGT ha presentado a Instituciones Penitenciarias una propuesta de reestructuración y mejora de los centros penitenciarios de Picassent y Fontcalent al considerar que el nuevo Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Siete Aguas, que sustituirá al del complejo de Alicante, no contribuye a solucionar la situación en ninguno de los dos centros, que presentan una sobreocupación superior al 20% en el primer caso y de más del doble de su capacidad en el segundo.

Así lo expuso ayer en rueda de prensa el presidente de la organización sindical, José Ramón López, quien sostiene que la mejor opción sería la construcción de un tercer centro penitenciario en València, pero al mostrarse seguro de que esto no será posible, plantea una reforma integral de Picassent, si bien admite que será un proceso «lento, pero ya se ha hecho en otras instalaciones y permite que el centro siga funcionando y se modernice».

En el informe el sindicato argumenta que «no se cumplen las previsiones» sobre Siete Aguas (para aliviar la situación de Picassent) al reconvertirse el proyecto inicial, que era «imprescindible» en un hospital psiquiátrico.

El representante de Acaip-UGT reclamó que la administración adopte «una serie de medidas que garanticen la efectividad de la prestación del servicio público, las condiciones en las que este se presta y la seguridad del personal» de Picassent, que además presenta «numerosas vacantes de puestos de trabajo y graves problemas de infraestructuras y mantenimiento».

Reestructuración

Respecto a Fontcalent, ven «pertinente» una reestructuración del actual centro de cumplimiento «para adaptarlo a la realidad, con la actualización de la relación de puestos de trabajo y la integración de la instalaciones del hospital psiquiátrico para poder solucionar el problema de hacinamiento del centro y mejorar la infraestructura de departamentos como ingresos, comunicaciones, cocina o aislamiento».

López denunció la «sobreocupación brutal» de esta prisión, con 453 plazas del centro penitenciario alicantino, pero con un último dato de 1.004 internos. Por ello planteó que, una vez se traslade en el futuro el hospital psiquiátrico a Siete Aguas, se estructure el complejo de forma «más razonable» y se utilicen las antiguas dependencias para reducir la ocupación.