En marcha ya la investigación para esclarecer el robo millonario a Atrio. Horas después de que se produjera el mayor golpe del hotel de lujo cacereño en su historia, la policía judicial arrancó los trabajos para aclarar las circunstancias en las que tuvo lugar el suceso. Debido a la gran envergadura de los hechos, ya que los bienes robados suman al menos un millón de euros, a la investigación se han sumado a partir de este viernes efectivos de la unidad especializada en delincuencia de Madrid. Así lo ha confirmado a preguntas de los medios en Badajoz la representante del gobierno central en la región, Yolanda García Seco, ha lamentado lo ocurrido al tiempo que ha trasladado sus muestras de ánimo a los propietarios del hotel.

En ese sentido, la delegada del gobierno ha confirmado que “todos los recursos" del cuerpo nacional de policía están destinados a trabajar en la investigación del suceso. Concretó además que este jueves ya se produjeron las primeras inspecciones oculares y científicas para comprobar cómo han accedido los ladrones y las grabaciones de las cámaras de seguridad, unas primeras tareas que ahora se pondrán en común con la brigada de Madrid para avanzar en las pesquisas.

La hipótesis que barajan los propietarios del hotel, José Polo y Toño Pérez, es que el robo fue perfectamente calculado y centran sus principales sospechas en dos personas que se alojaron en el hotel. Los hechos se produjeron en la madrugada del martes al miércoles y en ningún momento levantaron sospechas entre los dispositivos de seguridad. Polo expone que "uno de ellos reservó la habitación, cenó con otra persona que llegó más tarde y de madrugada ordenaron a la cocina algo para comer». Fue cuando los responsables de cocina llevaron los platos a la habitación cuando uno de ellos aprovechó para acceder a la bodega y llevarse las botellas en varias bolsas sin que saltaran las alarmas.

Una 'icónica' botella de 200 años

Entre el medio centenar botellas que los ladrones se llevaron se encuentran los ejemplares más valiosos, entre ellas varias de Romanée Conti, a 12.000 euros la unidad, y el famoso Château d’Yquem de 1806 valorado en 310.000 euros. Este ejemplar único acumulaba además una de las anécdotas más recordadas de la historia del hotel porque ya hace veinte años estuvo a punto de desaparecer. Los propietarios del hotel la adquirieron en una subasta de Christie’s en Londres y en su traslado a Cáceres se rompió por la zona del cuello. El contenido tuvo que ser recorchado en 2001 en un nuevo recipiente y en la bodega se conservaba la original rota y la que se reembotelló. "Esa botella era parte de mi historia, de la de Atrio y de la de Cáceres", lamentó José Polo.