Angelines es una de las muchas vecinas de José Luis P. M. que solo tiene buenas palabras para describir al hombre que murió tras recibir una bala perdida y sufrir un infarto durante el tiroteo entre clanes que tiñó de barbarie el Día de Difuntos en el cementerio de Torrent.
«Lo que le han hecho a Luis no tiene nombre. Él, que solo iba a llevarle flores a su mujer, y mira lo que le han hecho...», lamenta esta mujer octogenaria que tan bien conocía al fallecido y a sus dos hijos, a los que ha visto crecer en la finca donde ella sigue viviendo y en cuyo portal se cruzaba «casi a diario» con Luis.
Su absurda muerte ha caído como un mazazo en el edificio, aunque algunos no sabían que ese hombre «afable, bueno y atento» era esa víctima inesperada de la que ayer hablaban los medios de comunicación y el municipio entero.
Llamamiento al respeto
Los hijos del fallecido están destrozados, describen quienes los conocen. La familia de José Luis prefiere mantenerse en silencio y ha hecho un llamamiento para que se respete su dolor y se les permita enterrar en la intimidad a su padre.
Mientras, agentes del grupo de Homicidios continúan realizando gestiones y comprobaciones para dar con el presunto auto material de los disparos, quien escapó de Torrent inmediatamente después de realizar los disparos. Lo hizo en una furgoneta y en el vehículo viajaban con él sus padres y su hermano. La familia, que pertenece al clan de los Bocanegra, al completo. La Policía Nacional ha extendido fuera de las fronteras valencianas la búsqueda, en el convencimiento de que el presunto asesino y sus parientes buscarán cobijo entre familiares y allegados afincados en otras ciudades españolas.
El cargador completo
La investigación policial ha permitido saber que el supuesto asesino disparó hasta que se le acabó el cargador: siete tiros con una pistola del 9 corto. Se trata de un arma de pequeño tamaño que todavía no ha sido localizada y que los investigadores creen que fue sacada del cementerio en los primeros momentos de confusión por una cómplice del autor de los disparos.
Tanto la Policía Nacional como la Local de Torrent continúan con el dispositivo de refuerzo en la capital de l’Horta Sud, con patrullaje periódico tanto del barrio del Xenillet, donde residía el presunto asesino y su familia más próxima, como el entorno de la casa patriarcal de la familia del fallecido y del herido, donde decenas de personas llevan sin moverse en la calle desde el lunes, en señal de duelo por lo sucedido.
El otro punto donde se reforzará la seguridad en las próximas horas es en el cementerio de Torrent, el escenario del tiroteo, precisamente para evitar cualquier tipo de conflicto durante la ceremonia de enterramiento de la otra víctima mortal, Antonio García García, de 45 años, al que se espera que asistan numerosos familiares del clan de los Marco, así como allegados.
