La apresurada y obligada huida —según estipula la ley gitana— de todos los miembros del clan de los ‘Bocanegra’, quienes tuvieron que abandonar sus casas en Torrent y marcharse a otros municipios tras el tiroteo en el cementerio, el día de Todos los Santos, en el que fallecieron dos personas, entre ellos un primo lejano de un miembro del clan rival de los ‘Marco’, ha derivado en una serie de allanamientos de morada que están siendo investigados por la Policía Nacional.

Al destierro judicial de Miguel G. G., el miembro de los ‘Marco’ detenido por amenazar de muerte a su nuera, del otro clan, del que informó ayer en exclusiva Levante-EMV, se suman otros destierros ‘voluntarios’ de familiares de los ‘Bocanegra’. Así lo contemplan sus propias leyes después de una ofensa grave a otra familia, como lo puede ser un homicidio, un tiroteo o una violación. No solo habría dejado sus casas la familia del presunto autor de los disparos que acabaron con la vida de Antón —ajeno por completo a los conflictos de su familia lejana— y de otro vecino de Torrent tras ser alcanzado por una bala perdida. Este destierro, que los obliga a abandonar sus domicilios en el acto sin apenas tiempo para llevarse sus pertenencias, se amplía a sus familiares directos para que no se produzcan nuevos enfrentamientos entre ellos en busca de una paz entre clanes.

Esta misma ‘pena’ ya la cumplieron en su día los ‘Marco’ tras el tiroteo de 2016 en el que resultaron heridos el padre del ahora principal sospechoso del doble crimen del cementerio y un hermano de éste. En aquella ocasión los tiros se produjeron después de la agresión a un menor, al que dejaron inconsciente de un garrotazo, por un simple pedo.

Agentes de la Policía Nacional han realizado hasta ocho registros domiciliarios en las viviendas abandonadas por los ‘Bocanegra’, en las cuales han detectado claros indicios de que las mismas habrían sido allanadas de forma ilegal tras su huida.

Fruto de estos registros realizados en el barrio del Xenillet de Torrent el pasado miércoles, la policía ha localizado varias plantaciones de marihuana con cerca de 400 plantas, lo cual confirma las sospechas iniciales de que el trasfondo de la enemistad entre clanes radica en el tráfico de drogas.

Autoencierro por robo

Respecto a los presuntos implicados en el tiroteo en el cementerio, éstos siguen siendo buscados por la policía. El principal sospechoso es Ramón G. M., de 43 años, así como su padre, uno de los heridos en el tiroteo de 2016. Ramón, alias el ‘Bobo’, habría permanecido en encierro voluntario en su casa durante cinco largos años esperando que prescribiera el delito por el que tenía una causa pendiente. Según ha podido saber este periódico, los hechos por los que estaba siendo buscado se remontan a septiembre de 2013, cuando fue detenido por el robo en un almacén de material eléctrico del Horno de Alcedo, en el que resultó herido un guardia civil.

El principal sospechoso del doble homicidio fue arrestado junto con otros tres delincuentes por el robo de 500 kilos de cobre. Un agente que los perseguía por los tejados sufrió lesiones al caer desde una altura de seis metros. Asimismo, se sospecha que eran los mismos autores de otro robo similar dos años antes en Beniparrell, en el que otro guardia civil sufrió daños en la columna.