La calle Fita, en el centro de Zaragoza, fue escenario de botellones, peleas y robos con violencia. Una realidad nocturna denunciada por los vecinos que piden más presencia policial, pero que ven con impotencia que es el sino de sus noches. El pasado puente de diciembre la situación se agravó y uno de los cuatro bares del colectivo LGTBI presentes en esta calle próxima a la Gran Vía fue atacado. Un portero y el dueño del pub Urano tuvieron que ir al hospital tras ser agredidos. Hubo puñetazos, golpes con un cinturón y hasta una lluvia de botellas al grito de "maricones de mierda" o "sidosos". Todo porque vetaron la entrada a un grupo, muchos de ellos menores. Por el momento, la Policía Nacional no ha detenido a nadie.

Una agresión homófoba que tarde o temprano se iba a producir. Como explica a este diario Mario, portero y camarero de este local, habían tenido problemas con algunos jóvenes que accedían al establecimiento y ya en el interior hacían comentarios contra el colectivo LGTBI.

En el pasaporte covid que ahora se exige para acceder a todos los establecimientos de ocio nocturno vieron, los responsables de este pub, la posibilidad de ejercer el derecho de admisión con estos jóvenes que suelen ser los mismos. Lo ejercieron este miércoles sobre las 03.20 horas, pero la respuesta de un grupo de unos 12 jóvenes, según Mario, fue "extremadamente agresiva". "Les dije que no podían pasar al interior y empezaron a encararse conmigo y a insultarme, pero luego vino el momento en que uno de ellos se acercó al contenedor de vidrio que hay en las inmediaciones y cogió una botella de cristal. Vi que se la escondía en la espalda y se acercaba, pero no pensaba que iba a ser capaz", señala este empleado del bar Urano que tiene un corte en el pómulo. «Le dije qué iba a hacer con ella y, de repente, comenzaron a caer botellas, hasta diez vi luego, a pegarnos con una correa de cinturón y a darnos puñetazos. Yo traté de defenderme como pude», recuerda, aunque, tal y como admite, tiene lagunas porque ocurrió todo "muy rápido".

"Llamamos a la Policía y vinieron, pero estos se fueron corriendo, aunque volvieron en cuanto los agentes ya no estaban en la calle. Sentimos mucho miedo", destaca Mario que pide al Ayuntamiento de Zaragoza y a la Delegación del Gobierno en Aragón que tome medidas para "sentirnos más seguros en el ambiente". Una solicitud que reivindica el psicólogo del servicio público de atención psicológica Aragón Diversa, Rubén Somalo, que califica de "muy grave lo que viene ocurriendo en las últimas semanas en la zona de ambiente de la ciudad". "Se está convirtiendo en un sitio inseguro y hostil", afirma.

De hecho, sobre las 04.00 horas del pasado día 6 una pareja de chicos fue atacada y robada de forma violenta. Aunque el asunto no se investiga como delito de odio porque ellos no declararon en la Policía que el origen de la agresión fuera por su homosexualidad, sí fueron insultados a la salida del pub Urano. Les quitaron el móvil y la cartera no sin antes recibir puñetazos y patadas en la cara hasta el punto de que le rompieron varios dientes a uno de ellos. El asalto fue cuando estaban abrazados en un portal cercano por parte de un grupo de ocho jóvenes. Hace dos semanas en una noche se produjeron tres agresiones graves.