Es un primer paso hacia la penalización de la ocultación de un cadáver por parte del asesino, pero se queda corto. El Partido Popular y Ciudadanos registraron ayer una proposición de ley (PL) conjunta —Vox dice que la apoya, pero que no la votará porque la considera débil— para que la ocultación del cuerpo de una víctima de asesinato por parte de su autor se convierta en uno de los supuestos a los que le corresponda la prisión permanente revisable.

En otras palabras: sin considerarlo un delito ‘per se’ o una agravante en cualquiera de las formas del homicidio, que era la pretensión real de la madre de Marta Calvo cuando presentó al Congreso de los Diputados, a través de la plataforma que lleva el nombre de su hija, la iniciativa legislativa popular (ILP).

La diferencia entre una fórmula u otra es importante. La prisión permanente revisable, que implica que un reo con esa pena deberá cumplir un mínimo efectivo de al menos 20 años de cárcel, es una medida que, aunque ratificada por el Tribunal Constitucional este mismo año, sigue envuelta en la polémica.

Es una norma pensada, redactada y aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy que se topó con la oposición del ala progresista del Congreso porque entendía que se acercaba a una forma encubierta de cadena perpetua y suponía una zancadilla a la política reinsertadora que prevalece en el ámbito normativo europeo. El PSOE no solo se opuso entonces, sino que sigue manteniendo una postura contraria a la prisión permanente revisable.

Dada la fuerte ideologización que rodea esa norma, no es descabellado que algún Gobierno acabe por derogarla, lo que dejaría despenalizada, de nuevo, la obstrucción a la Justicia que supone ocultar el cuerpo de una víctima de asesinato.

Sin embargo, incorporarlo como delito autónomo al Código Penal, tal como pedía Marisol Burón, supondría apuntalar la represión jurídica de esa acción que, como en el caso de Marta Calvo o Marta del Castillo, ambas en paradero desconocido tras su asesinato desde hace dos y trece años, respectivamente, el asesino pone en marcha para evitar pagar por todos los delitos cometidos sobre su víctima, ya que al no ser hallado el cuerpo, no hay posibilidad de buscar en él las huellas de cada acto criminal (agresión sexual, tortura, vejaciones...).

De momento, la ILP quedó frenada porque esa vía no permite modificar una ley de rango superior como es el Código Penal. Por ello, la Mesa del Congreso instó a Marisol Burón a enviar un escrito al Parlamento poniendo de manifiesto su deseo de que se tramite su iniciativa bajo la fórmula de la proposición de ley a instancia de uno o más grupos parlamentarios.

La madre de Marta aún no ha enviado ese escrito al Congreso, que permitiría continuar la vía legislativa para considerar la ocultación como un delito autónomo o, como mínimo, como una agravante. Se trata, en definitiva, de dejarle claro al criminal que, como dice Marisol Burón, «no le salga gratis aumentar el dolor de la familia y evitar todo el peso de la ley». Es decir, que conozca que el silencio sobre el paradero de su víctima será el camino más rápido para ser condenado por al menos dos delitos: el de asesinato y también por el de ocultación.

Un cambio para futuras víctimas

Mientras la plataforma decide si continúa o no adelante con ese escrito para solicitar formalmente al Congreso que alguien legisle en ese sentido, la madre viajó ayer a Madrid junto con su portavoz, el psicólogo Mariano Navarro, para estar presente en el acto de registro de la PL planteada por PP y Cs. Marisol Burón mostró su agradecimiento a los diputados firmantes porque es el primer acercamiento a su propósito: agravar las penas en el caso de que el asesino oculte el cuerpo.

En todo caso, el inmenso esfuerzo de Marisol Burón en esta lucha será en favor de las futuras víctimas, ya que la modificación legal no será aplicable hasta su aprobación y publicación en el BOE, una vez superados todos los trámites parlamentarios que, incluso en el mejor de los casos y habiendo consenso y unanimidad entre todos los grupos parlamentario, tardarían al menos un año en ser completados.