Un joven de unos 25 años ha sido detenido y puesto en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial por un delito de daños cometido en el cuartel de la Guardia Civil de l’Alcora. Y es que, por surrealista que pueda parecer su comportamiento, el arrestado decidió, tras una noche de fiesta en l’Alcora, forzar la entrada de la sede policial para tener acceso a un teléfono fijo desde el que llamar.

Según ha podido saber este diario de fuentes solventes, el intruso había perdido su cartera y su terminal móvil de madrugada y, además, se había despistado de su grupo de amigos, por lo que necesitaba contactar con alguien de confianza que acudiera a buscarlo. Ante esta situación, no dudó en adentrarse por la fuerza en las dependencias del Instituto Armado para lograr su objetivo. 

A esas horas, el cuartel estaba cerrado y vacío, dado que es de los acuartelamientos que únicamente abre sus puertas al público en horario de mañanas.

El joven fue localizado un poco más tarde, cuando intentaba entrar en un portal y fue trasladado a los calabozos hasta que compareció en el juzgado de guardia. 

Críticas de las asociaciones profesionales

Fuentes sindicales consultadas por este periódico trasladan su preocupación por estos hechos, pues para ellos este caso «lo que hace es demostrar que un puesto que solo abre por la mañana es ineficaz, a la vez que peligroso».

En este sentido, sostienen que el asaltante se podría haber llevado documentación sensible como, por ejemplo, diligencias policiales con datos personales. Además, en el puesto están los datos de víctimas de violencia de género e, incluso, advierten, armas de fuego de la unidad. 

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) vienen reclamando un cambio en el modelo policial y una reestructuración de los cuarteles existentes, pidiendo el cierre de un gran número de ellos.