La ley gitana contempla los matrimonios tempranos y el pedimiento cuando dos jóvenes se hacen novios. Aunque se trata de normas estipuladas entre su etnia y consensuadas por el patriarca o por el denominado consejo de ancianos, no constituyen un código escrito de leyes y, en ocasiones, colisionan con la legislación vigente. Este hecho es el que, precisamente, ha llevado este viernes al banquillo de la Audiencia Provincial de Castelló a un hombre por acostarse con su prometida y dejarla embarazada cuando él tenía 22 años y ella, solo 13. 

Aunque la chica asegura que ambos están enamorados --tienen una hija en común-- y que todo fue voluntario, el Código Penal castiga las relaciones íntimas con menores de 16 años al considerar que por debajo de esa edad el consentimiento no tiene validez. Por ello, el hombre está acusado por un presunto delito de abusos sexuales continuados.

El fiscal pedía inicialmente una pena de 12 años de prisión, pero ayer, tras escuchar a todas las partes, ha decidido dejar su solicitud en cinco al apreciar una circunstancia atenuante analógica al considerar que los dos implicados tenían un grado de desarrollo y madurez similar pese a los nueve años de diferencia existentes.

El procesado ha dicho en su interrogatorio que sigue manteniendo una relación sentimental con la menor, que está enamorado de ella y que la considera su mujer. La defensa ha insistido en que estas circunstancias son «habituales» en la etnia gitana.

La adolescente, que en estos momentos tiene 16 años, ha declarado que solo se acostaron «una vez», quedando ella embarazada. Ha negado que el procesado la hubiera maltratado alguna vez y ha dicho que sus padres estaban de acuerdo con la pedida de mano y también con el nacimiento de la bebé. «Las relaciones fueron cosa de los dos; no sabíamos que esto podía ser delito», ha afirmado la joven, quien dijo no sentirse víctima del acusado.

Los progenitores de ella han corroborado que eran conocedores y consentidores del enlace entre ambos y han asegurado que no pusieron ninguna condición al hombre para concederle la mano de la niña. «Era lo normal que se quedara embarazada y no hubo disgusto por ello», ha manifestado la madre.

El fiscal ha rebajado al final del juicio la solicitud de pena, pero mantuvo que el sexo queda acreditado y que las mismas se dieron cuando la niña tenía menos de 16 años, edad por debajo de la cual su consentimiento es «irrelevante».

Hace ahora cuatro años la Audiencia absolvió a un adulto, de 52, que sedujo a una niña de 13 y tuvo una relación con ella. No se había introducido aún la reforma del Código Penal del 2015, que elevó la edad de consentimiento sexual de los 13 a los 16 años.