Podría ser un museo de ciencias naturales pero es una nave situada en el interior de una finca de 50.000 metros cuadrados y en vez de escolares y curiosos, los últimos que la visitaron fueron los agentes de la Guardia Civil que trabajan en la operación 'Valcites'. En el interior de la nave de Bétera se escondía el mayor hallazgo de animales disecados realizado en España. La colección del hijo de un conocido empresario valenciano ya fallecido no solo era privada, sino que, además, se investiga su legalidad.

Un museo de ciencias naturales privado

Las imágenes de la inspección que la Benemérita ha distribuido a los medios de comunicación permiten observar la distribución y presencia de los 1090 especímenes encontrados en este zoo de animales muertos particular que contaba con especies protegidas e, incluso, cadáveres disecados de animales extintos en su hábitat natural.

En el domicilio, el investigado poseía un ejemplar completo de elefante disecado, y otros animales como la pantera, el guepardos, el león o el lince, todos con diferentes tipos de protección. Algunos permanecían fijados sobre rocas faltas y colocados frente a decorados que imitan zonas de la sabana africana mediante lonas impresas.

Los animales se exhibían como si de un museo se tratase, con recreaciones de su hábitat. Guardia Civil

De hecho, los agentes de la Guardia Civil encontraron 405 animales pertenecientes al CITES pero, además, especies extintas en estado silvestre como el oryx dammah (un antílope africano) o en peligro crítico como el addax, un animal incluido en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) al quedar menos de 100 individuos en su hábitat natural.

Entre los trofeos de caza, otros como el tigre de Bengala, el único felino de piel rayada cuyo estado de conservación también está en peligro de extinción en su hábitat natural, zonas de la India, Nepal o Birmania. Una de las principales amenazas para estos animales es, precisamente, el hecho de ser cazados de forma furtiva para atesorarlos como trofeos.

Las estimaciones realizadas por el Instituto Armado valoran en 29 millones de euros el precio de la extensa colección de taxidermia, una de las más grandes conocidas a nivel europeo. Los agentes del Equipo de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia investigan al propietario de la colección por los delitos de contrabando y otro relativo a la protección de la flora y la fauna.

Un pasillo donde se exhibían decenas de colmillos. Guardia Civil

La colección de trofeos de caza, al detalle

Pero la colección de taxidermia trasciende los animales completos e incluye piezas muy apreciadas en los mercados abastecidos por los furtivos. En la inspección, los agentes encontraron 198 colmillos de elefante de grandes dimensiones.

El marfil, principal elemento de los colmillos, es uno de los grandes nichos del mercado negro de piezas de caza debido a su limitada disponibilidad, sobre todo teniendo en cuenta que, según el informe 'El negocio de la extinción en España' elaborado en 2018 por WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés) la mayor parte de incautaciones de mamíferos que se realizan en España son partes de elefantes. En este caso, además de los dos centenares de colmillos de marfil, el hijo del empresario contaba con varios sofás elaborados tras la amputación de las patas del elefante.

Patas de elefante convertidas en sillones. Guardia Civil

En las imágenes obtenidas por la Benemérita durante la inspección de la nave se observan también varias sillas forradas con piel de reptil, al parecer, de cocodrilo. Esta es otra de las pieles más exclusivas debido a su difícil obtención de forma legal, así como al complicado proceso que conlleva su tratamiento y los elevados costes aduaneros. La piel de cocodrilo está considerada como una de las más elitistas debido a su origen salvaje y ajeno a otras más comunes que se obtienen tras despellejar a animales criados en granjas.

Sillas forradas con piel de reptil. Guardia Civil