Una fotografía con fajos y fajos de billetes de Onofre G. R., dueño del complejo deportivo y nutricionista de Quart de Poblet intervenido en una investigación por blanqueo de capitales y presunto cabecilla de la organización de tráfico de drogas desmantelada esta semana en València por introducir presuntamente cerca de dos toneladas de cocaína, y otra en la que se observan numerosos fardos de lo que parece ser un gran cargamento de cocaína apilados en el garaje de su chalé de Manises, son dos de las pruebas que han llevado a la incriminación directa de este presunto narco.

Tanto los investigadores antinarcóticos de la Guardia Civil como los de la Policía Nacional le seguían la pista desde hacía años por su presunta implicación en la introducción de grandes cargamentos de cocaína a través del Puerto de València, aunque hasta el momento siempre había logrado eludir cualquier condena por estos delitos.

Tal y como adelantó ayer Levante-EMV, agentes del Instituto Armado arrestaron el miércoles por la mañana junto a Onofre G. a otra decena de sospechosos, entre ellos tres estibadores del puerto y el dueño de una empresa de transportes.

Varios de ellos ya estaban bajo la lupa de los investigadores especializados en la lucha contra el narcotráfico pero finalmente han sido los mensajes y fotografías que se intercambiaban con total tranquilidad los presuntos narcotraficantes, amparados en la supuesta opacidad del sistema encriptado de la empresa Sky ECC -cuyos códigos de cifrado pudieron desencriptar analistas policiales de Francia, Bélgica y Países Bajos hace un año- los que han llevado a su detención.

Fotografías incriminatorias

Entre el material analizado figura una fotografía de lo que a simple vista parecen ser pastillas de cocaína de un kilo de peso cada una apiladas en una estancia cerrada, al parecer un garaje. Tras comprobar y cotejar minuciosamente las características del lugar que se observa en la imagen con las del garaje del chalé que el presunto cabecilla tiene en un diseminado de Manises, registrado en la mañana del miércoles, los investigadores han llegado a la conclusión pericial de que se trata del mismo garaje.

Una de las fotografías incriminatorias está tomada en el chalé que Onofre G., dueño de un gimnasio en Quart de Poblet, tiene en Manises.

Asimismo, según ha podido saber este periódico, también figura una fotografía muy ilustrativa del propio dueño del gimnasio de Quart rodeado de fajos y fajos de billetes en una mesa y dentro de una caja, otro indicador más del dinero que movía presuntamente esta organización con la introducción de grandes cargamentos de cocaína.

Está previsto que los arrestados sean puestos hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número uno de València, el mismo que instruye otra causa contra Onofre G. R. por blanqueo de capitales, en una operación que llevó a cabo en 2018 la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Unidad contra las Drogas y el Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional.

En otra fotografía, enviada a través del sistema encriptado Sky, se ve al presunto cabecilla con fajos de billetes

El presunto cabecilla deberá dar explicaciones ante el juez sobre la procedencia del dinero que se observa en la citada fotografía así como de lo que parece ser un gran cargamento de cocaína supuestamente fotografiado en su garaje. Onofre G. ya fue juzgado en 2020 por tráfico de drogas acusado de introducir cerca de 400 kilos de cocaína por el Puerto de València, pero la Sección Tercera de la Audiencia Provincial lo absolvió de todos los cargos junto a otros dos acusados pese a cuestionar la «explicación de dudosa credibilidad» que dio el presunto narco, y que fue refrendada por otros coacusados, sobre el encuentro casual con varios de los condenados en un polígono de Riba-roja, tras una supuesta avería en el coche.

En esta ocasión los investigadores cuentan además de con las pruebas que se hayan podido encontrar en los diferentes registros domiciliarios realizados en Quart de Poblet, Alboraia, València y Alaquàs, las numerosas conversaciones desencriptadas que por el contenido de las mismas los agentes han podido identificar cada ‘nick’ (apodo) con el propietario del teléfono desde el que se mandó el mensaje.

Uno de los registros se llevó a cabo en el chalé del principal encausado, en un diseminado de Manises, con piscina, palmeras y tres cámaras de videovigilancia en el perímetro. Los vecinos de Onofre destacan su discreción y reconocen que apenas tenía relación con el vecindario. Lo único que les llamaba la atención es que habitualmente solía haber movimiento de coches de alta gama, aunque desde hace un tiempo ya no veían tanto deportivo por allí.