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Investigación

La autopsia a la exprincesa catarí no es concluyente y requiere de más estudios

La Policía Nacional encontró el domingo en su casa de Marbella el cuerpo sin vida de Kasia Gallanio

Kasia Gallanio, en una imagen de archivo.

La autopsia realizada a la exmujer del tío del emir de Catar y exprincesa Kasia Gallanio, hallada muerta el pasado domingo en su domicilio de Marbella, requiere de más estudios al no ser concluyente.

Fuentes cercanas a la investigación informaron ayer de que tienen que esperar los resultados del análisis y el estudio complementario de muestras para poder determinar las causas de la muerte de Gallanio, de 46 años y doble nacionalidad estadounidense y polaca.

Agentes de la Policía Nacional accedieron, junto al portero del edificio, a la vivienda de Gallanio en Marbella sobre las 8.00 horas de la mañana del domingo 29 de mayo tras ser alertados por una de sus hijas tras no poder contactar con su madre durante días, según adelantó el periódico francés Le Parisen.

La hija, menor de edad y residente en Francia, había intentado contactar con ella sin éxito en los últimos días, según fuentes policiales.

Cuando llegaron los agentes al interior del inmueble, encontraron sobre una cama el cuerpo sin vida de una mujer que no presentaba signos de violencia.

Según las pesquisas iniciales, la muerte podría deberse a una sobredosis de droga, según publicó el rotativo galo.

La fallecida era expareja de Abdelaziz bin Khalifa Al-Thani, tío del emir catarí y tenía tres hijas menores de edad.

La separación de Gallanio del jeque Al-Thani provocó una sonada batalla legal en 2012 por la custodia de sus tres hijas menores en un caso que se ha ido prolongando en el tiempo.

El pasado 19 de mayo, el tribunal judicial de París desestimó las demandas de la mujer, que en noviembre había pasado varios meses hospitalizada y que, según el diario francés, era propensa a las crisis nerviosas y a las curas de desintoxicación.

Esto llevó a un juez a aplazar el caso hasta obtener una evaluación psicológica de la mujer para comprender mejor la situación familiar.

Según el rotativo galo, una de las hijas de la pareja denunció a mediados de abril haber sido víctima de agresiones sexuales por parte de su padre cuando tenía entre nueve y 15 años.

El entorno del jeque catarí desmintió las acusaciones, que, sin embargo, llevaron a la Fiscalía de París a abrir una investigación por agresión sexual agravada a cargo de la brigada de policía de protección de menores.

"Mi clienta se vio devastada por esta decisión. Creo que, sobre todo, ha muerto de pena", aseguró en el diario parisino su abogada, Sabrina Boesch, que se encuentra en España con las dos hijas mayores de la mujer, de 17 años, que tuvieron que identificar el lunes el cuerpo sin vida de la exprincesa catarí.

El padre, de 73 años, no les dirige la palabra y sólo les cubre los gastos de "hoteles modestos o alojamientos de corta duración", mientras que la menor de las hermanas, de 15 años, vive en su casa, un palacio de 5.000 metros cuadrados de superficie en la avenida Montaigne de París, "aislada del mundo y en situación de abandono escolar", según el diario.

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