“Soy Jorge, esto es un accidente y nunca me imaginé que mi vida fuera a terminar de esta forma”, comienza en su carta manuscrita, la misma que portaba encima cuando se entregó en el cuartel de Carcaixent, el presunto asesino en serie de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas. En la sesión de hoy se ha dado lectura de la misma como prueba documental. En la carta, que estaba en perfecto estado de conservación, como si fuera reciente y no la hubiera llevado consigo durante su supuesto periplo los días que estuvo desaparecido, como alega el acusado, ya hace referencia en plural al asesinato de mujeres, cuando realmente todavía, según él, no sabía que sus otras dos víctimas mortales habían fallecido. “No soy un monstruo asesino de mujeres”, decía textualmente, como informó en exclusiva Levante-EMV en su día.

“La madrugada del 7 de noviembre contraté los servicios de una joven escort”, reconoce en referencia a Marta Calvo, la joven de 25 años cuyo cadáver nunca ha sido localizado. “Juro que esto no es una violencia de género. Amo y respeto a las mujeres”, decía el texto. Mientras se da lectura del escrito el acusado escucha lo que escribió y reafirma sus palabras con la cabeza.

En la carta manuscrita dice que “se sintió mal, dijo que quería parar y darse una ducha. Al terminar, nos acostamos y cuando nos despertamos al día siguiente, estaba muerta”. “Pensé en deshacerme del cuerpo de la chica pero como no podía hacerlo yo solo sin llamar la atención, pensé en descuartizarla y compré unas sierras esa tarde”, relata. “Al día siguiente llevé las bolsas y las tiré a contenedores para deshacerme de ella”.

El acusado manifiesta en la carta que tiene “miedo a morir en prisión” y dice que “prefiere morir” antes de que “me tomen por un monstruo que mata a mujeres”, en plural.

“Escribo esto para dejar prueba de que mi madre no tiene nada que ver. Que vino al día siguiente de Palma de Mallorca”, indica para excusarla totalmente de cualquier posible vinculación a la hora de haberle ayudado a deshacerse del cuerpo de Marta.

Asimismo dedica el último párrafo también a su madre, de quien dice solo buenas palabras. “Es lo más hermoso que he tenido en mi vida” y “siento no habérselo demostrado”. Agrega una última frase, mucho menos cargada de emoción: “Pido perdón a la madre de la chica. Fue un accidente”.