La décimo octava sesión del juicio contra Jorge Ignacio P. J., que ayer declaró por primera vez desde que se entregó en 2019 en Carcaixent pero solo para repetir las mismas incongruencias expuestas en un discurso notoriamente teatralizado y afianzarse en una versión exculpatoria absurda ahora a la luz de las evidencias forenses y periciales que se han visto y escuchado en la sala de vistas y del testimonio no solo de sus siete víctimas supervivientes, sino también de testigos, peritos, antiguos amigos, guardias civiles, policías y hasta de una terapeuta que buscó él mismo, servirá para que la fiscal y cuatro de las acusaciones particulares, entre ellas la de la madre y la del padre de Marta Calvo, expongan sus conclusiones.

 La quinta acusación particular, que ahora ejerce Isabel Carricondo en sustitución de Juan Carlos Navarro y en representación de siete de las diez víctimas -dos de las fallecidas, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, y cinco supervivientes-, lo hará este viernes, tras lo cual cerrará la defensa, que ya ha adelantado en el juicio que no modificará y mantendrá la petición de libre absolución basándose en lo que dice su cliente, que no agredió, violó, drogó, atacó, ni mató a nadie.

Está previsto que todas, o la mayoría, al menos, de las acusaciones introduzcan modificaciones en sus conclusiones y solicitudes de cárcel, principalmente la fiscal, Socorro Zaragozá, y Carricondo, ya que ambas partes deberán sacar del escrito de acusación a una de las víctima, que renunció a acusar durante el proceso con tal de evitar ir al estrado y tener que “revivir la pesadilla” del ataque sufrido durante un encuentro con el presunto asesino en serie.