«Un asesino en serie con un claro ánimo homicida, y cuya arma es la cocaína». «Su fantasía es el control total sobre las víctimas, el poder decidir entre la vida y la muerte». «Salía a buscar las piezas de caza perfectas, prostitutas, –porque según reconoció el propio acusado–, se las puede violar porque al pagar están consintiendo. Ese es el valor que para él tienen las mujeres». Es el resumen de la idea que transmitió ayer la letrada Pilar Jové, que ejerce la acusación particular en representación de la madre de Marta Calvo, en un pormenorizado informe que sacó a relucir las numerosas mentiras esgrimidas por Jorge Ignacio P. J., entre ellas el descuartizamiento del cadáver de la joven. «Con las pruebas objetivas es totalmente imposible que hubiera desmembrado el cuerpo en ese baño», puntualizó la abogada.

Juicio Marta Calvo | El contundente alegato final de la fiscal contra el acusado

Juicio Marta Calvo | El contundente alegato final de la fiscal contra el acusado LMV

«Marta está ahí fuera, en algún sitio, sin poder descansar y nos tememos que el acusado se va a llevar ese secreto a la tumba», apuntó Jové, quien tiene claros los motivos por los que el acusado se deshizo del cadáver y nunca ha dicho la verdad sobre su paradero. Es la única de las tres víctimas mortales que fallece en su casa y al igual que Lady Marcela, que tenía signos de asfixia, «no me cabe ninguna duda de que Marta se defendió hasta la muerte». Así, para ocultar esas señales homicidas y el crimen ocurrido en su casa, se inventó el descuartizamiento.

Juicio Marta Calvo | "Su ánimo es homicida y el arma es la cocaína"

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La letrada detalló algunos de los aspectos que descartan dicha posibilidad. Los primeros en no creer su relato fueron los médicos forenses expertos en psiquiatría, «objetivos, neutrales y con una dilatadísima experiencia», según remarcó Jové. Además de las contradicciones del acusado –a la Guardia Civil le dijo que empieza por la pierna derecha y a los forenses por la izquierda–, de la imposibilidad material de trocear un cuerpo, ya rígido, en una ducha especialmente estrecha, no se localizó ni un solo resto biológico que pruebe el descuartizamiento, pese a que el forense aclaró que habría sido «un baño de sangre». Ni siquiera los perros, capaces de marcar hasta cinco años después en otros casos, hallaron ni un solo rastro, recordó la letrada.

Tampoco se hallaron restos de productos de limpieza en el baño, ni en la inspección ocular de los contenedores o en las dos inspecciones del vehículo Volkswagen Passat en el que dijo haber llevado las bolsas con los restos de Marta se encontró resto alguno de sangre. Asimismo, sobre la mancha en el pantalón del acusado, aprovechó la excusa que puso el presunto asesino en serie, que dijo que se manchó cuando trasladaba las bolsas, para incidir en la incongruencia de no haber encontrado ni rastro de sangre.

A todo ello se suma la búsqueda sin descanso en el vertedero de Dos Aguas, donde durante ocho meses los investigadores (22 personas diarias antes de la pandemia y desde marzo diez trabajadores de la planta supervisados por la Guardia Civil) «rastrearon 16.800 metros cúbicos, 13,5 millones de toneladas de basura con lluvia, viento o calor».

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Un perfil «psicopático»

Sobre la geolocalización Jové recordó al jurado las tres horas que estuvo parado bajo una antena de telefonía de Senyera, que el acusado no aclaró. Así como las tres llamadas solicitando servicios sexuales la misma mañana de la muerte de Marta, que «en un ejercicio absoluto de cinismo» el acusado atribuyó a unos mensajes para hacer un trío estando viva la joven. «No eran mensajes, fueron llamadas que salieron de su teléfono a las 12.36, a las 12.40 y a las 14.58 horas», matizó sobre una nueva mentira de Jorge Ignacio.

Otro de los aspectos en los que se centró la abogada de la madre de Marta Calvo es en el perfil «psicopático» del acusado, con una frialdad emocional, y al que los test psicopatológicos lo describen como una persona «con poca capacidad de autoanálisis, tempestuoso, impulsivo, antisocial, que tiende a racionalizar y justificar sus actos trasladando su responsabilidad a los demás». «Y eso es lo que hizo no asumiendo ninguno de los actos que cometió».

La letrada también quiso remarcar el carácter manipulador del acusado y les pidió que no se dejaran manipular por él, después de tratar de dar pena con unas supuestas intenciones suicidas que también han quedado desvirtuadas.

Así, frente al relato preparado del acusado, que solo quiso responder a las preguntas de su abogada y a las del jurado después de tener «la ventaja de escuchar todo lo que se ha dicho y hablado en esta sala», Jové contrapuso los testimonios de las víctimas, «que nos pusieron los pelos de punta a todos menos a él». Respecto a la confabulación de la que dice el procesado ser víctima, la letrada recordó que ninguna de las supervivientes se conocía.

«Jorge Ignacio es una persona peligrosa, tiene rasgos sociópatas, es un asesino en serie que si queda en libertad seguirá matando», concluyó la letrada de la acusación solicitando un veredicto de culpabilidad por Justicia para Marta y las otras víctimas, y para que no haya más mujeres en peligro.