Desterrado de las dos principales playas de València, la Malva-rosa y las Arenas, durante el tiempo que duren los procedimientos que acumula por una oleada de hurtos. Esa es la decisión que ha adoptado el Juzgado de Instrucción número seis de València con un ladrón multirreincidente tras ser detenido hasta en 25 ocasiones por delitos contra el patrimonio desde el pasado mes de enero, la mayoría de ellas por hurtos en las citadas playas a incautos turistas que dejan sus pertenencias en la arena mientras toman el baño.  

Su último arresto se produjo la noche del pasado sábado cuando este delincuente, de 19 años y nacionalidad argelina, se apoderó de una riñonera en la que un turista holandés portaba su teléfono móvil –un Iphone 13 valorado en unos 1.000 euros–, las llaves del piso en el que estaban alquilados y una cartera con documentación personal y dinero en efectivo. Esa misma noche también había hurtado, al parecer, otro bolso con dos teléfonos de la misma marca Iphone, las llaves de un coche y 5.000 euros en metálico.

Agentes de la Unidad de Convivencia y Seguridad (UCOS) de la Policía Local de València procedieron a su detención tras recibir un aviso de una posible reyerta entre varias personas en la playa de las Arenas. Tres jóvenes turistas holandeses tenían retenido al presunto ladrón, quien sangraba por la nariz. Según las manifestaciones de los testigos, un transeúnte que ya se había marchado al llegar la policía, habría golpeado al presunto ratero cuando trataba de ayudar a los turistas a recuperar las pertenencias que éste les acababa de sustraer.

El arrestado portaba escondida entre sus ropas la riñonera pero no había ni rastro de los teléfonos ni del dinero. Tras su detención fue trasladado a un centro médico para ser atendido de la lesión sangrante que presentaba en la cara.

El ladrón, que solo en lo que llevamos de mes de julio ya acumula otras siete detenciones por hechos similares, ya ha sido puesto a disposición judicial. La propia policía en su informe entregado al juez pedía que se valorara la posibilidad de adoptar una medida cautelar de prohibición de aproximarse a la playa, «por el grave perjuicio que causa a las víctimas, la gran mayoría extranjeras, que quedan en situación de desamparo, al quedarse sin dinero en efectivo, y en ocasiones sin ropa ni calzado, para poder regresar a sus alojamientos turísticos».

A tenor de la «reiteración delictiva y el grave perjuicio causado a las víctimas» el Juzgado de Instrucción seis de València acordó la prohibición de que el acusado de un delito de hurto acuda a ninguna de las playas comprendidas entre el espigón de la Marina Real Juan Carlos I y el paseo marítimo, hasta la desembocadura de la Acequia de Vera.